Madrid - Los socialistas han cerrado un pacto con Ciudadanos que apuesta por la unidad de España, rechaza expresamente la convocatoria de un referéndum independentista en Catalunya y rebaja el alcance de la reforma federal para solucionar el problema de encaje de las naciones que conviven en el Estado. El pacto, además, abarca tantos puntos que el PNV teme que sea complicado hacerle un hueco a sus propuestas. Sin embargo, los socialistas creen que aún hay margen para incorporar las demandas jeltzales, que consideran razonables. El portavoz socialista en el Congreso, Antonio Hernando, discrepó con los jeltzales y matizó que su acuerdo con Albert Rivera no cierra “nada”. “Desde luego, no cerramos ninguna puerta, sino que las abrimos todas y vamos a seguir negociando con el PNV”, recalcó en Radio Nacional de España.

El PNV propuso una agenda vasca centrada en el cumplimiento del autogobierno, con un listado de transferencias estatutarias pendientes, la negociación del Cupo que se paga a España, inversiones y otras cuestiones más relacionadas con el reconocimiento de las aspiraciones nacionales vascas. Los socialistas ven voluntad de acuerdo en esos planteamientos, y Hernando apuesta por “tratar explícitamente la agenda vasca” en el pacto que puedan suscribir con los jeltzales. Cabe recordar que, en el marco de las negociaciones para la investidura, el socialismo ya encarriló importantes acuerdos con Compromís para reconocer la deuda histórica con Valencia, cifrada en unos 16.000 millones, aunque el pacto ha quedado en papel mojado por la desbandada de la izquierda tras la alianza con Ciudadanos. Coalición Canaria también ha negociado en clave territorial con los socialistas, y cree que todas sus demandas han sido recogidas satisfactoriamente. El lunes presentará el acuerdo y lo más probable es que vote a favor del candidato tras haber arrancado compromisos con inversiones e infraestructuras. Hernando dijo ayer que “es razonable que se traten en ese acuerdo aspectos que afectan a Euskadi”.

Sánchez parece decidido a ceder para asegurar la investidura, con pasos osados como la eliminación de las diputaciones provinciales (en ese caso, para pactar con Ciudadanos y sin que afecte a las forales vascas) que han levantado ampollas en su propio partido. Sin embargo, salvo una sorpresa de última hora que nadie espera, la sesión de investidura que arrancará el próximo martes se saldará con la derrota de Pedro Sánchez, que cuenta con una mayoría absoluta en contra (PP y Podemos). El socialista tenía pensado labrar un acuerdo con Ciudadanos, PNV, IU, Compromís y Coalición Canaria, y arrancar la abstención de Podemos. Seguirá empeñándose en esa alianza tras la investidura, y todo apunta a que, hasta entonces, el proceso se adentrará en un compás de espera sin demasiadas negociaciones ni avances.