valencia - La exalcaldesa de Valencia y senadora del PP, Rita Barberá, rompió su silencio de treinta días para anunciar en una comparecencia ante los medios de comunicación que no dimite, ni se plantea hacerlo, porque no ha cometido “ningún delito” ni ha contribuido, ordenado o conocido “ningún blanqueo de dinero”. Tampoco se plantea renunciar por no tener conocimiento de las irregularidades detectadas por la Guardia Civil en el Ayuntamiento y el PP valenciano.
En su primera rueda de prensa desde que el pasado 26 de enero se produjeran las detenciones por el caso Imelsa y desde que concejales, exediles y asesores del grupo popular municipal declararon como investigados por un presunto caso de blanqueo, Barberá aseguró que pone “la mano en el fuego” por su equipo y recurrió al victimismo. “Me quieren hacer aparecer como la jefa de una trama criminal y corrupta porque he dado voluntariamente mil euros para una campaña electoral sin que se me devolviera nada”, lamentó Barberá, quien negó que exista caja B y sostuvo que siempre que el partido le ha pedido donaciones las ha hecho.
La senadora, pese a los indicios de la investigación, insistió en que nunca ha tenido conocimiento de una financiación ilegal en su partido, “porque no la hay”; aseveró que no es corrupta, ni desde el punto de vista económico ni moral, pero, por lo que pueda pasar, hizo hincapié en que nunca ha tenido ningún cargo orgánico en el partido y que las campañas electorales las organizan los comités de campaña. Para eludir su responsabilidad aunque solo fuera por ignorancia, recordó que Felipe González dijo haberse enterad de la corrupción en el PSOE “por los periódicos”.
Al igual que en el comunicado que emitió el pasado 2 de febrero, Barberá negó que en el Consistorio haya habido amaños o mordidas, por lo que apeló a esperar a que se levante el secreto de sumario para que se vea que “todo son acusaciones infundadas, maliciosas y profundamente falsas”. Barberá aseguró que no tiene intención de venganza o de tirar de la manta, porque “ni hay manta” ni es de las que tira de ella, y expresó su “dolor por deslealtad” por las manifestaciones de algún dirigente del partido, a los que reclamó “sosiego” y “templanza” y consideró que se han precipitado al pedir su marcha. “Nunca me he quedado nada”, aseguró Barberá, quien explicó que vive en un piso de alquiler, no tiene coche ni segunda vivienda y su patrimonio se ha publicado seis veces desde junio.
Respecto a su citación el próximo lunes en Les Corts para dar explicaciones, precisó que no ha decidido si irá, aunque destacó que, como senadora, solo tiene obligación de comparecer ante una comisión de investigación -que no es el caso- y afirmó que no se va a someter a “tribunales totalitarios”. Barberá sostuvo que el aforamiento que tiene por ser senadora no significa inmunidad ni impunidad sino que en caso de tener que ser juzgada lo sería en “el primer tribunal de España”, el Tribunal Supremo, y explicó que, si es citada, comparecerá ante el juez que le corresponde.
dolor anímico La exalcaldesa lamentó que sobre ella ha caído una “avalancha” de peticiones de explicaciones y confesó que ha vivido un “inenarrable dolor anímico, horror y estupefacción” ante “tantas condenas mediáticas” que han caído sobre ella, mientras que reclamó que se legisle para evitar filtraciones de sumarios.
Barberá solicitó que se cumplan los estatutos del PP: abrir expediente informativo si hay imputación formal, que pasará a ser disciplinario cuando se abra juicio oral, y explicó que si no ha ido hasta ahora al Senado es porque “no hay actividad parlamentaria”, pero irá en cuanto se retome.
El PSPV en el ayuntamiento de Valencia le acusó de “parapetarse en su aforamiento para no dar explicaciones ante la justicia”; Compromís estudiará si se puede revocar su nombramiento como senadora, y Podemos pedirá una reforma urgente de la ley de senadores para el cese cuando incumplan la ley. - Efe/E.P.