madrid - “Hoy empieza una nueva etapa en el PP de Madrid para recuperar desde hoy mismo la confianza perdida a lo largo de los años, por el efecto de casos de corrupción intolerables”. Así lo afirmó ayer la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, en una comparecencia en la que recogió el guante que le lanzó la víspera la dirección estatal al situarla al frente de la gestora creada tras la dimisión de Esperanza Aguirre de la cúpula de la formación. Cifuentes se comprometió a convocar “lo antes posible” un Congreso Regional para elegir a la nueva dirección del partido y adelantó que “posiblemente” se presentará como candidata para presidir el mismo en sustitución de Aguirre. Aclaró, eso sí, que la decisión aún no está tomada al cien por cien y que previamente quiere consultar esta posibilidad con su equipo.

Sin embargo, ese cónclave, que será abierto a toda la militancia y en el que cada afiliado tendrá derecho a voto, aún no tiene una fecha fijada y deberá esperar al Congreso Nacional. Mientras tanto, la exdelegada del Gobierno español en la Comunidad de Madrid se esforzó en subrayar el punto y aparte que supone la puesta en marcha de la gestora respecto a la etapa de Aguirre. Hizo por tanto especial hincapié en la corrupción y adelantó que aplicará en la formación, tanto para los afiliados como para los cargos, el mismo código ético que ya implantó para los miembros de su Gobierno y los diputados autonómicos, que entre otros puntos establece el compromiso de dimitir en el caso de que estén involucrados en una investigación por esta causa. “Va a haber colaboración absoluta para llegar hasta el final en cualquier caso de corrupción en el que hayan podido estar implicadas personas ligadas al PP, se llame Gürtel o Púnica”, manifestó.

Pérdida de apoyo El Comité Ejecutivo Nacional del PP ratificará la composición de la gestora en Madrid el próximo lunes, momento a partir del cual Cristina Cifuentes empezará a ejercer su mandato y aplicar medidas. En su rueda de prensa de ayer adelantó que “voy a establecer nuevos cauces de participación de los militantes y potenciaré las sedes del partido para escuchar y dialogar directamente con los afiliados”, ya que “en este proceso buscaré siempre el consenso y el pacto, huyendo de imposiciones”.

“Es el momento de dar un paso al frente, con la cabeza bien alta, y no de pasos atrás ni de retiradas en tiempos difíciles, porque no puede demorarse ni un minuto la incorporación a la vida del partido de los estrictos códigos éticos”, insistió la presidenta de la Comunidad madrileña. Todo ello “en un momento que probablemente sea el más difícil de la ya larga historia del partido”, ya que los casos de corrupción que han protagonizado algunos de sus miembros “se han traducido en una notable pérdida de apoyo electoral”.