madrid - La expresidenta del PP de Madrid y portavoz de la formación en el Ayuntamiento, Esperanza Aguirre, afirmó que a ella “por corrupción no le van a imputar”, subrayó que su renuncia a su cargo dentro del partido no es ningún mensaje al presidente en funciones, Mariano Rajoy, y agregó que desde 2008 se dio cuenta de que “no era el ojito derecho” ni tampoco la “niña bonita” de la dirección nacional del PP. Precisamente, desde el partido se descartó ayer que Aguirre haya marcado el camino a Mariano Rajoy.

En una multitudinaria rueda de prensa, Aguirre aseguró que su dimisión como presidenta del PP de Madrid nada tiene que ver con su comparecencia del viernes en la comisión sobre la corrupción política en la Asamblea de Madrid.

responsabilidad Aguirre recalcó que su renuncia se debe a su “responsabilidad política” y que lo decidió el pasado sábado a raíz de las informaciones sobre la trama Púnica y el exsecretario general del PP de Madrid Francisco Granados, que “no están confirmadas” ni “son autos de fe” pero que “están ahí”, unido al hecho de que esté en prisión, pues ella fue la responsable última de haberlo nombrado para dicho cargo. Aguirre recalcó que ella puede ser “culpable” de no haberse ocupado de las finanzas del PP ni de haber vigilado más pero recordó que existen personas como el tesorero o el gerente que se ocupan de esas labores, enfatizando que ella no tenía “cuenta ni tarjeta” del partido. La oposición le reprochó que si no vale para presidir el PP tampoco debería valer para mantenerse como edil, pero ella interpretó que “nada tiene que ver una cosa con la otra”.

El vicesecretario general de Organización del PP, Fernando Martínez Maíllo, por su parte, aclaró que la dimisión de Aguirre había sido una decisión “personal”, “individual”, “subjetiva”, “ni siquiera consultada” y no extrapolable más allá del PP de Madrid. Además aseguró que la dirección nacional “tampoco conocía” que el secretario general del PP de Madrid, Ignacio González, había abandonado ese cargo hace un mes. - Efe/E.P.

Gürtel. La operación Gürtel supuso en 2009 el primer gran escándalo para la gestión de Esperanza Aguirre. Sobre otros nombres destacó el del consejero de Deportes de Madrid, Alberto López Viejo. Tras confirmar su imputación en el caso, Aguirre lo destituyó por pérdida de confianza. Según su versión, ella dio orden en 2004 para dejara de contratar a las empresas vinculadas a Francisco Correa. López Viejo hizo caso omiso. Lejos de arrojar una sola crítica sobre su gestión (la Comunidad otorgó 367 contrato con distintas empresas investigadas), Aguirre aseguró en abril de 2010 que ella destapó la trama Gürtel cuando lo hizo un edil díscolo del PP de Boadilla, que grabó a Correa y llevó las cintas a la Policía.

Púnica. Hubo que esperar hasta octubre de 2014 para escuchar una crítica a la corrupción del PP de Madrid por parte de Aguirre. El día 27 de ese mes, la entonces presidenta dio una rueda de prensa y pidió perdón por confiar en Francisco Granados como mano derecha. Pocos días antes, Granados era detenido como principal imputado en la trama Púnica. La unión entre Granados y Aguirre fue prolífica durante años, y los apuntes del primero han dado lugar al último registro de la sede del PP.

Indra. La investigación de la trama Púnica arrojó una nueva sospecha sobre la financiación ilegal del PP de Madrid, esta vez de la mano del empresario Alejandro de Pedro. El experto en reputación online admitió ante el juez que un responsable de la empresa Indra, contratista de la Comunidad de Madrid, le entregó 10.000 euros por trabajos realizados para el partido. Los servicios de De Pedro supusieron la imputación de otros dos consejeros, esta vez bajo mandato de Ignacio González por usar dinero público para mejorar su imagen personal y la del partido.

Ático. Un juzgado de Marbella mantiene abierta desde hace cuatro años la investigación sobre el ático de Ignacio González. El ex presidente madriñe compró una vivienda de lujo en la Costa del Sol valorada en 1.2 millones, aunque pagó por ella solo 775.000 euros. Sin embargo, la policía sospecha que la casa es en realidad la comisión para favorecer una operación inmobiliaria del empresario Fernando Martín, algo que se investiga en el seno de la trama Gürtel.

Fundescam. Desde el estallido de la Gürtel, las sospechas de financiación ilegal del PP de Madrid se han centrado también en una fundación afín, Fundescam, que, según Anticorrupción, sirvió para abonar actos de campaña protagonizados por Aguirre y burlar así el techo de gasto fijado por el Tribunal de Cuentas.