Gasteiz - Los socialistas se oponen a que las instituciones vascas gestionen las pensiones, ya que consideran que ese sistema acabaría quebrando. Pero ayer fueron más allá añadiendo un argumento nuevo. El PNV propone un sistema vasco de pensiones, que se financiaría también a través de los impuestos, y que podría complementarse con aportaciones de los trabajadores a planes complementarios (EPSV de empleo). El PSE tomó como enganche el último matiz para insinuar que los jeltzales quieren privatizar el sistema. Su secretaria general, Idoia Mendia, argumentó que los salarios son tan limitados y la precariedad laboral es tan elevada que nadie podrá ahorrar para hacer aportaciones a planes de pensiones. El PNV introdujo esa herramienta como una vía complementaria de financiación para intentar que la pensión se acerque al máximo al último sueldo cobrado, y matizando de todas maneras que aspira a negociar con sindicatos y patronal una política salarial que permita realizar esas aportaciones.

La secretaria general del PSE, Idoia Mendia, opinó que busca “unas pensiones privadas con un país a dos velocidades”. “En una sociedad donde tenemos los salarios más bajos y una precariedad laboral altísima, ¿quién se va a poder pagar un complemento de pensiones privado? Nadie. Defendemos que las pensiones sean públicas, es la única manera de que garanticemos una vida digna a todos los pensionistas vascos”, dijo antes de reunirse con militantes en Lasarte-Oria. El argumento permite a los socialistas marcar perfil de izquierdas y exprimir un argumento sensible para la ciudadanía, aunque lo cierto es que las EPSV suponen un 30% del PIB vasco frente al 8% español, de modo que en suelo vasco no son un elemento tan exótico como en el resto del Estado.

El PNV propone gestionar desde las instituciones vascas las pensiones porque ve en riesgo de quiebra el fondo estatal, y porque el Estatuto de Gernika contempla el traspaso de la gestión del régimen económico de la Seguridad Social. Ha sido una reivindicación histórica de los jeltzales, pero nunca hasta ahora habían concretado las herramientas y el método con el que pretendían sustanciar su sistema. La propuesta coincide con las conversaciones con el PSOE a nivel estatal para explorar acuerdos de investidura. Sin embargo, el socialismo vasco ha querido dejar claro que las pensiones no están en las conversaciones, y todo apunta a que será una línea roja para Pedro Sánchez. En ese punto y en otras cuestiones como la Ley Municipal vasca o las duplicidades y la Ley de Territorios Históricos pueden surgir fricciones con el socialismo vasco hasta las próximas elecciones autonómicas previstas para octubre. En cualquier caso, se mantiene la salud del pacto a nivel local y foral, salvo por algún roce en Barakaldo con motivo de las auditorías propuestas por el nuevo equipo jeltzale.

Por otro lado, la izquierda abertzale siguió mostrando ayer una disposición negociadora tras haber llegado a acuerdos sobre Eudel y sobre la Ley Municipal con el PNV. El parlamentario de EH Bildu Oskar Matute ofreció a los jeltzales trabajar “codo con codo” para alumbrar un sistema vasco de pensiones. En rueda de prensa en Bilbao, propuso abordar una reforma fiscal para incrementar los ingresos de las instituciones y garantizar que el sistema sea sostenible. La propuesta de los impuestos también se recoge en el análisis jeltzale. Sin embargo, Matute marcó perfil para matizar que, mientras Euskadi no gestione las pensiones, puede habilitar mecanismos para completar las que vienen de España. EH Bildu pedirá subirlas hasta los 1.080 euros en el Parlamento Vasco.