Bilbao - Pedro María de la Torre cree en la sostenibilidad de un sistema vasco de pensiones. Es un vitalísimo octogenario que lleva el pragmatismo como bandera y analiza el futuro del sistema de la Seguridad Social desde su experiencia en la gestión pública y su especialidad profesional en previsión complementaria. Conoce de primera mano la propuesta jeltzale de implantación del régimen de Seguridad Social vasca, en cuyo diseño técnico ha participado.
¿Ve posible un acuerdo político para una estructura vasca de Seguridad Social?
-Sí, el primer paso requiere un compromiso político y es posible acometerlo. Los socialistas ya hicieron en el 2004 una propuesta de competencias que incluía el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), la afiliación, la inspección y gestión de altas y bajas. Menos la recaudación, unos conceptos muy completos. Esto, por sí solo, serviría como primera fase para lograr algo más definitivo.
Ahora el PNV propone algo que va más allá.
-Ya en el año 90 había un proyecto. Ahora hay unas aportaciones que buscan un sistema de protección sostenible, universal, suficiente en su cuantía, público y gestionado por nuestras instituciones. Hay que ir a crear un órgano gestor que, en realidad ya estaba creado en el año 91, en tiempos de Jon Azua y Larrañaga como consejeros. Ya entonces nosotros lo llamamos Lagunkidetza. Ese órgano podría ir asumiendo todas esas funciones transferidas, comenzando por el INSS. Un órgano gestor básico porque daría salida a toda la gestión y administración financiera de los recursos de la SS. Esto debería empezar a construirse para que esté ya para cuando se disponga de la transferencia.
Pero nunca hubo esas transferencias. ¿Y ahora?
-Por la vía del pragmatismo se puede llegar a esas cosas. Antes se llegó muy lejos pero, por los vaivenes políticos, después no se avanzó más. Siendo pragmático, hay que tener en cuenta que, del fondo de reserva de la Seguridad Social, un 6,24% es nuestro. Y esos son miles de millones. No es el dinero que dicen que hay; eso es una estafa y hay que seguir defendiendo la parte de ese fondo. Con ese fondo, controlando el fraude y siguiendo el Pacto de Toledo tendríamos un puntal de amarre.
Pero el fondo se agota, ha bajado a la mitad en poco tiempo.
-Ese fondo de reservas que teníamos firmado en el Pacto de Toledo está abandonado y esquilmado. Ha sido un fondo que no se ha usado solo al pago de pensiones. Ha sido como un banco para muchas entidades. Con préstamos que a su vencimiento se renovaban, préstamos a la asistencia sanitaria, a hospitales, a universidades? Si ese fondo de reserva se pusiese en su lugar previo, habría una buena base para arrancar. Pero lo que hay no es el fondo verdadero. El fondo verdadero pueden ser diez veces más. Pero lo han esquilmado para financiar hasta puentes sobre el Duero.
De todos modos, los críticos niegan la sostenibilidad financiera de un sistema vasco.
-Claro, con cotizaciones sólo, ahora no puede ser, pero con la parte del Fondo partiríamos igual que todos los demás. Es un sistema de paso y luego tendríamos la cotización del año y a andar. Pero con más medios: con una afiliación y una inspección propia y el control de las cuotas. El gran fallo es que no se ha cumplido el Pacto de Toledo y hay un fraude y una economía sumergida enormes. Y luego es preciso un sistema complementario y, si hace falta, el presupuesto.
El objetivo es más ambicioso que un mero calco del INSS. La propuesta del PNV es que la nueva Lagunkidetza gestione las pensiones contributivas, las no contributivas y las ayudas sociales.
-Exacto. Se debe cubrir todo el ámbito de las prestaciones financieras. Pero siempre encuadrado en un Departamento que sea de Trabajo y Seguridad Social. Porque ahora no hay ni eso. La Seguridad Social sólo aparece como una línea que hay que mirar con lupa en el organigrama. Eso tiene que volver a Trabajo. No puede ser parte de Hacienda. Una cosa es recaudar y otra la Seguridad Social. Toña es un buen consejero y, con su equipo hay buenos mimbres para trabajar.
Usted es crítico con la última reforma del sistema de pensiones realizada por el PP.
-Sí, por ahí no hay nada que hacer. Con ese sistema no da, ni con el fondo ni para más de dos o tres años si seguimos así. Habrá que incrementar las tributaciones o un nuevo impuesto o algo así. Pero gestionando nosotros, mucho mejor. Sobre todo teniendo un control de la recaudación ejecutiva, que también podría estar en ese convenio a consensuar, como ya estaba en un borrador tiempo atrás. No se puede dar un préstamo del Gobierno Vasco a una empresa para salir adelante si luego va la Seguridad Social y le embarga los ascensores. Eso tiene que estar en una mano todo.
La propuesta contempla las previsiones complementarias a la pensión; usted sabe que eso genera desconfianzas.
-Yo he sido presidente de la Federación de Mutuas de Previsión Social y las previsiones complementarias son necesarias y urgentes. Pero la verdadera previsión complementaria es la de las empresas. Y aquí, en Euskadi, tenemos una buena base.
Esa previsión complementaria requerirá algún incentivo para las empresas.
-Claro, claro. Si no va con el incentivo fiscal, no va con la empresa. Y luego hay que introducirlo en los convenios. En Gipuzkoa hay un ejemplo de eso, con una cobertura del 60% o más de trabajadores por esa vía. Es un camino a seguir y necesario. Porque la pensión pública tenderá a seguir bajando respecto al salario. Si antes era del 70 o el 80, luego va a ser del 60% y contentos. Y si se quiere tener el mismo nivel que antes habrá que tener un sistema complementario.
Y la tercera pata es acudir al presupuesto, si hace falta. En estos tiempos parece que no hay margen.
-Pues que lo saque. Tendrá que salir de donde sea y estoy seguro de que, con el equipo que hay, sale. Hay gente para eso y más. Estando en Trabajo, se defienden mejor las cosas. Porque desde Hacienda, si pides más y tienes que sacar de la misma bolsa, es difícil. Hacienda es Hacienda, Seguridad Social es Seguridad Social y nunca una recaudación de cuotas puede ser Hacienda. Hacienda siempre es un impuesto. Hay que mantener ese principio. El Estado durante años ha querido pasar a Hacienda la Tesorería de la Seguridad Social. Pero sigue ahí de modo independiente porque es pieza básica. Mezclar las dos cosas, nunca he sido partidario: una cosa es recaudación y otra Seguridad Social.