Barcelona- Tras el sorprendente empate de la votación en la asamblea de la CUP del pasado domingo, el president en funciones, Artur Mas, y los dirigentes de Junts pel Sí (JxSí) han apostado por la cautela y se encomiendan ahora a la reunión del próximo sábado del Consejo Político y el Grupo de Acción Parlamentaria de la formación anticapitalista, que finalmente decidirá si permiten o no la investidura de Mas. Este órgano de la CUP está compuesto por los representantes de las asambleas territoriales, que son los que tomarán la última decisión junto a los 10 diputados liderados por Antonio Baños. Ante este escenario, JxSí ha decidido no moverse ni un solo milímetro de su posición e insistir en la propuesta que realizaron la semana pasada a la CUP, que incluía una presidencia de transición de 18 meses, tres vicepresidencias encabezadas por Oriol Junqueras, Neus Monté y Raül Romeva, y un plan de choque social de 270 millones de euros destinados a combatir la pobreza infantil y energética, y a la prevención de desahucios.

De cualquier manera, entre los líderes de CDC y ERC impera el optimismo respecto a lograr un acuerdo, ya que los cargos del Consejo Político de la CUP son menos reacios a la investidura de Artur Mas que los militantes de case de la formación. En esa línea se pronunció ayer el número dos de Esquerra en el Congreso, Joan Tardà, que se mostró convencido de que los anticapitalistas “rematarán bien el día 2” un pacto con Junts pel Sí, que permita proseguir el proceso soberanista. De fructificar este acuerdo, Mas sería investido el martes 5 o el jueves 7 de enero, fechas en las que la Mesa del Parlament y la Junta de Portavoces convocaron ayer sesiones plenarias. El empate en la asamblea de la CUP ha llevado los días al límite, ya que la semana actual ha quedado inhabilitada hasta que los dirigentes cuperos tomen la decisión definitiva y el plazo para evitar las temidas elecciones anticipadas termina el 10 de enero.

Incluso en las filas de los partidos unionistas se ha extendido la idea de que JxSí y la CUP llegarán a un acuerdo. La líder de Ciudadanos en Catalunya, Inés Arrimadas, mostró ayer su preocupación porque la investidura de Mas como presidente de la Generalitat suponga que el futuro Govern desobedezca la legalidad española. “No se acaba con que la CUP decida investir a Mas o con si debe haber elecciones o no, si no que, si hacen presidente a Mas, se va a declarar la independencia de Catalunya”, afirmó la diputada, y advirtió del peligro de un desafío soberanista con un Gobierno central en funciones tras el 20-D. “La solución no es romper con España, sino reformarla”, defendió. En términos similares se expresó el secretario general del PSC, Miquel Iceta, que pidió al president en funciones que rectifique, porque lleva a Catalunya en “dirección contraria”. “Responsabilizo de ello no a la CUP, sino a Mas. Cuanto antes reconozca que el planteamiento para esta legislatura ha sido equivocado, mejor para él y mejor para todos”, expresó. El líder socialista cree que la Presidencia de la Generalitat no puede ser objeto de una “subasta”.

El PP, por su parte, optó por pedir elecciones anticipadas para desbloquear la situación creada tras la asamblea de la CUP, que “humilla” a Artur Mas y “rebaja la dignidad” de la presidencia de la Generalitat. El portavoz de la formación en Catalunya, Xavier García Albiol, calificó como “penúltimo episodio de despropósito” lo ocurrido el domingo en la votación de la formación anticapitalista y recriminó al president en funciones que esté dispuesto a “aceptar el humillante comportamiento” de los cuperos. “Mas debe tomar consciencia de que la clase política catalana, los catalanes y él mismo no pueden seguir haciendo el ridículo ante el resto de España y la comunidad internacional”, criticó. Según García Albiol, “Catalunya no puede seguir de esta manera, detenida y sin gobierno desde hace casi seis meses” y la “única solución para recuperar la dignidad” es la celebración de unos comicios. Los populares coincidieron en esta reclamación con los cuatro diputados de Podemos en el Parlament dentro del grupo de Catalunya Sí que es Pot, que pidieron ayer en un comunicado una convocatoria anticipada en busca de “un futuro de más equidad” para los catalanes. Los parlamentarios de la formación morada criticaron que Mas “siga haciendo maniobras desesperadas para mantenerse en el poder” y destacaron que la CUP está “más dividida que nunca”. Ante este escenario, defendieron unas nuevas elecciones para evitar un “callejón sin salida” y lograr un referéndum de autodeterminación. “Estamos seguros de que, pese al inmovilismo de unos y la unilateralidad imposible de otros, esta es la solución que se acabará imponiendo más pronto que tarde”, concluyeron.

CRÍTICAS EN CDC Las críticas a la CUP también han llegado a las filas de Convergència y algunos de sus dirigentes han perdido la paciencia ante las numerosos giros de las posiciones de los cuperos en las últimas semanas. Es el caso del diputado electo en el Congreso de Democràcia y Llibertat, Carles Campuzano, que pidió ayer en Twitter que su partido busque otra mayoría para formar Govern en Catalunya o, en último caso, convoque nuevas elecciones. Además, el parlamentario calificó de “ridículo” el resultado de la asamblea de los anticapitalistas. “La legislatura tal y como se planteó la noche del 27-S está acabada”. Campuzano fue desautorizado sin embargo por el número uno de CDC en las elecciones generales, Francesc Homs, que negó que exista preocupación en la formación ni que esté presa de los “vaivenes” de la CUP. Siguiendo la línea oficial, rechazó buscar apoyos en otras formaciones o celebrar comicios anticipados, y pidió esperar la decisión de la CUP y no alterar los plazos. “Ha habido una propuesta por parte de Junts pel Sí y de momento no hay una respuesta”, resumió Homs.

Finalmente, representantes de los dos partidos soberanistas se reunieron ayer por la tarde en los despachos del Parlament para analizar el escenario a la espera de lo que decida el sábado el Consejo Político de la CUP. Raül Romeva trasladó a Antonio Baños y Anna Gabriel que JxSí no tiene previsto trasladar una nueva oferta de investidura a la formación anticapitalista y declaró que “no hay ningún cambio”, porque entienden que la CUP no se han pronunciado todavía ni a favor ni en contra del acuerdo planteado la semana pasada.