Gasteiz - Su “motor diésel” le ha permitido completar el bautismo en la búsqueda del voto más entero de lo que pensaba, pero con la satisfacción de haber conocido desde las entrañas de la caravana electoral del PNV un mundo que hasta ahora le era ajeno. A partir de la cita con las urnas, y si los alaveses así lo deciden, Mikel Legarda iniciará una nueva etapa en la que llevará las demandas vascas hasta el Congreso de los Diputados.
¿Qué tal su debut en la primera línea de campaña?
-La experiencia es buena. Al principio sufres las novatadas, pero tengo muy buen recuerdo, sobre todo de todos los compañeros del partido. Es duro pero en todo momento te sientes muy acompañado. Si no se está dentro no se es consciente de lo que mueve una campaña electoral.
¿Se le ha hecho larga?
-Recuerdo que al inicio de la precampaña una persona de nuestro equipo dijo quedan 75 días. Visto retrospectivamente no se me ha hecho tan larga; es como la vida, que al final pasa a todo meter.
Dicen los que le conocen que entre sus virtudes no está la del debate a calzón quitado y los encendidos mítines. ¿Cómo ha superado el trance?
-Ha sido un hándicap, no cabe duda. Soy una persona de reunión, de despachos, de ver los temas con una perspectiva de más largo alcance. Esto es un género distinto; tiene sus reglas, para mí desconocidas, y la verdad es que antes no lo apreciaba mucho. Me resulta difícil, pero somos dúctiles y poco a poco te vas adaptando a este rol.
El bipartidismo clásico ha derivado en un protagonismo dividido entre cuatro fuerzas. ¿Cómo ha afrontado el PNV esta situación para avanzar en campaña?
-Hemos insistido en que aquí no se está votando al próximo presidente del Gobierno, en todo caso se están eligiendo las Cortes Generales. Pero, sobre todo, los vascos nos estamos jugando nuestro futuro, porque el Estado español está inmerso en un proceso de cambios y nuestra fuerza pasa por ser fuertes aquí. Son unas elecciones generales, pero distintas a todas las generales que hemos tenido hasta ahora. Hemos visto que muchos candidatos de aquí aspiran a ser ministros en Madrid, mientras que nuestro único interés es Araba y Euskadi.
¿Con qué mensaje viajará a Madrid si sale elegido?
-Nuestra intención no es tanto cambiar las cosas en Madrid, sino que no nos las cambien aquí.
Centrados en esa defensa de lo vasco, ¿la verdadera pugna electoral del PNV es con EH Bildu?
-No, no. Nuestra pugna en estas elecciones es con el PP y todos aquellos partidos que sus intereses sean exclusivamente españoles. Hasta ahora, entre los que han amenazado nuestro bienestar el referente más directo es el PP, que ha estado gobernando cuatro años. Ha sido un rodillo y no ha tenido en cuenta nuestras peculiaridades. Y ahora estamos también preocupados con el partido de Rivera porque tiene un discurso meramente unilateralista. Es un mensaje de ordeno y mando.
¿Qué importancia concede al hecho de ser primera fuerza en Euskadi?
-Tenemos un interés máximo en ser el partido más votado para que se nos respete en Madrid y, además, porque vamos a encadenar otro proceso electoral el próximo año. Arrancar con una posición fuerte es muy importante. Hay otra fuerza de ámbito estatal que en Euskadi compite contra Bildu que es Podemos, una novedad a tener en cuenta en las próximas elecciones.
¿Sería un fracaso no encabezar los resultados en la CAV?
-Como partido democrático que somos, lo que diga la ciudadanía no es un fracaso. Estaremos donde nos ponga la sociedad, pero nuestra aspiración es ser la fuerza política más atractiva para la ciudadanía vasca. Creemos que somos la alternativa que siempre ha ido más pegada a los intereses de este pueblo, pero que no nos voten nunca puede ser un fracaso en una democracia. En todo caso reflejará que hemos hecho mal las cosas.
¿Quién quiere que sea el próximo inquilino de la Moncloa?
-El que sea más sensible a los principios de una sociedad liberal, democrática, occidental y del siglo XXI, que es el que defiende más el pluralismo y la aceptación de las diferencias.
Mójese, ¿PP, PSOE, Podemos o Ciudadanos?
-Hasta ahora el que más claramente se ha pronunciado es Podemos, con elementos como el reconocimiento de la plurinacionalidad y otra serie de asuntos que ya veremos si activa si tiene ocasión de gobernar o de influir en la gobernación. Veremos si del dicho al hecho hay un trecho o no lo hay.
Es decir, según su teoría, el principal competidor de la izquierda abertzale.
-Según los estudios de prospección, la izquierda abertzale daba cobertura a muchos movimientos que no se sentían representados en los partidos que ellos llamaban tradicionales, grupos que algunos denominan antisistema, sin ser necesariamente independentistas. Sí parece que en Euskadi una parte de ese electorado nutre a Podemos. Aquí es una fuerza que compite contra Bildu, pero que en el Estado tiene otro rol.
¿Al PNV no le interesa que los socialistas, con quienes comparte gobiernos forales y municipales, lideren el Gobierno español?
-En términos históricos hemos visto que pactos con fuerzas que gobernaban en España provocaban un alineamiento, permitían encauzar un acuerdo que no siempre luego salía. Y hay otros precedentes en los que sin tener sintonía aquí se han logrado pactos en Madrid. Hacer proyecciones para el futuro es difícil, porque el panorama va a cambiar mucho con la llegada de un bipartidismo bifurcado. El PSOE ha demostrado que encierra muchos PSOE. El PSOE es Ferraz, pero dentro hay muchos otros con gran influencia, como puede ser el andaluz, el balear o el catalán.
Uno de los ejes troncales de su campaña ha sido la defensa del Concierto frente a la amenaza de Madrid, pero solo Ciudadanos parece, a tenor de lo escuchado en estos quince días, dispuesto a actuar. ¿Es un peligro real?
-El Concierto Económico está amenazado desde su nacimiento. Siempre que ha habido tensiones en la financiación autonómica, las manifestaciones territoriales de los poderes estatales han dirigido sus ojos sobre el Concierto vasco, nunca contra el navarro. Y todo fruto del desconocimiento, porque si conocieran que nuestra aportación al Estado, aún subiéndola. es una gota en el océano Pacífico, que es el más grande de todos. Estamos hablando de una máxima pretensión de que nuestro Cupo subiera a 3.000 millones cuando el Presupuesto del Estado es de 190.000 millones de euros. Por lo tanto, es algo ideológico, no se admite la singularidad. Está amenazado ideológicamente.
La única mención a Euskadi en el debate de Sánchez y Rajoy fue para mostrar su apoyo al Concierto. ¿Echó en falta mayor protagonismo vasco?
-Fue un botón de muestra de su consideración. Para ellos es irrelevante, es una gota en su océano político. Ellos están jugando la carta de España y se estaban dirigiendo al electorado español.
Por el contrario, en la campaña vasca aspectos alaveses como la central de Garoña o Foronda si han estado presentes en los discursos de casi todas las fuerzas. ¿Cómo lo valora?
-Nosotros hemos llevado estos temas con propuestas concretas porque somos un partido propositivo. Y al igual que en estos asuntos también hemos puesto planteamientos sobre la mesa en otras cuestiones como el cambio de modelo industrial de la economía española. Nosotros defendemos lo nuestro y, a su vez, proponemos. Por el contrario, hemos visto que los partido de ámbito estatal están centrados en recoger los votos y llevarlos a Madrid. Por ejemplo, me ha sorprendido que el candidato de Podemos Juantxo López de Uralde diga ahora que quiere ser ministro en Madrid. Pues bien, ya sabemos que lo que quiere Podemos es gestionar España.
Si es así y López de Uralde llega a ser ministro, no habrá dudas de que Garoña cierra definitivamente sus puertas, ¿no?
-(Se ríe) Eso sin duda, está garantizado el cierre y será algo de lo que nos alegraremos. Digo del cierre de Garoña, de lo que López de Uralde sea ministro es problema de su partido político.
Tripartito con PSOE, Ciudadanos y Podemos o gobierno de PP y Ciudadanos. ¿Qué ve más probable?
-Creo que todavía no se sabe. Muchas veces pensamos que los partidos tienen todo amarrado, pero lo cierto es que hay un grado importante de adaptación a las circunstancias.
¿A los resultados?
-A los resultados, pero no solo a los números objetivos, sino también a cómo impacten los resultados que haya tenido cada fuerza y se visualice respecto a las demás. Es un proceso interactivo. Las líneas maestras se pueden intuir, pero no siempre las afinidades ideologías aúnan. A veces se hacen encuentros de ideologías que no compiten y se anulan entre ellas. Creo que hoy por hoy está todo abierto.
Vista la fragmentación parlamentaria, ¿augura una legislatura inestable?
-Estamos ante una legislatura que tiene elementos de inestabilidad: mucha atomización, crisis, intereses contrapuestos y necesidad de estabilidad. Tiene elementos de nerviosismo. La palabra clave de esta legislatura va a ser la incertidumbre, cómo se gestiona esa incertidumbre.
¿También en Euskadi?
-En Euskadi la palabra clave será la estabilidad. Tenemos una realidad social diferencial y política diferencial. Y nuestro objetivo es que esa incertidumbre no nos arrastre.
¿Será la legislatura del derecho a decidir?
-Debemos desdoblar esta demanda en dos ámbitos: el de la regulación del derecho y del ejercicio. El primero sería la aceptación de que es un proceso que puede arrancar y que tiene unos requisitos; es decir, la cuna. Lo que propugnamos los nacionalistas es que se reconozca esta posibilidad como en su día se hizo en Quebec o Reino Unido. Para nuestra sociedad es una situación que requiere una mayor maduración, porque la ciudadanía nos dice que estamos en un proceso de salir de la crisis y crear empleo.
¿Hay otras prioridades?
-Efectivamente. Esa forma parte de nuestra singularidad pero ahora la sociedad vasca no la ve como una prioridad.
Hace dos meses me dijo que no firmaría mantener los cinco representantes actuales del PNV en el Congreso. Finalizada la campaña, ¿mantiene esta afirmación?
-Sí, creo que no es un canto al sol aspirar a seis diputados. Prácticamente todas las encuestas nos dan tres en Bizkaia, dos en Gipuzkoa y revalidar el diputado por Araba.
¿A qué dedicará mañana la jornada de reflexión?
-A hacer lo que he hecho toda la vida, dar un paseo, tomar algo, disfrutar con la familia... Nada novedoso.
¿Dónde cree que irá su primer pensamiento si sale elegido la noche del 20-D?
-Supongo que me acordaré de mi familia.