Media Europa debate sobre la oportunidad o no de participar en la guerra de Siria. El Gobierno socialista francés ha hallado en ese escenario la respuesta a la inseguridad interna provocada por los atentados de París. Cuando en enero pasado los fundamentalistas tirotearon la redacción de Charlie Hebdo la respuesta no fue así de automática porque a la identificación del Estado Islámico (ISIS) como el enemigo de Europa le faltaban horas de televisiones europeas en directo aunque le sobrara minutaje de atrocidades cometidas ultramar.

En Londres, los Comunes votan hoy una moción de David Cameron para participar en la guerra aérea. Angela Merkel ha sumado 1.200 militares alemanes de apoyo a las operaciones francesas contra el ISIS a los 750 que ya ofreció para darle relevo en África occidental. Y, por sorprendente que parezca a 18 días de las elecciones generales, el presidente español y aspirante a repetir no tiene ese asunto en su agenda.

Mariano Rajoy piensa que ya perdió unas elecciones por una guerra lejana cuando realmente lo que le descabalgó entonces fue una mentira obscena, tras los atentados del 11-M en Madrid. La mala conciencia que marcó aquella actuación burda es la misma que hoy hace ocultarse al líder del PP de cualquier decisión. En primer lugar porque sabe que la única que le corresponde tomar ante su club de aliados europeos es la que producirá más incertidumbre entre los ciudadanos. Lo sabe Albert Rivera, que ejerce de improvisado hombre de estado anunciando su predisposición a la guerra con la futilidad de quien carece de la experiencia para afrontarla. Rivera es carne de foto en las Azores.

Curiosamente, Pedro Sánchez no es capaz de rescatar al PSOE posicionándolo en este asunto. Le escuece casi igual. Zozobra en un mar de dudas que le han llevado a proponer la participación española en una operación con aval internacional en un escenario en el que la operación militar ya está en marcha y no se espera en breve ningún visado de la ONU. Así que Sánchez también escapa de este debate en el que nadie ha medido qué les da más miedo a los españoles. La pregunta de la guerra, que ya han respondido en negativo PNV, Podemos o EH Bildu, sigue esperando respuesta. Rajoy la dejará flotando en el viento hasta el lunes 21.