bilbao - El relato sobre la violencia de las últimas décadas en Euskadi es, junto con el desarme y la disolución de ETA, la reparación de las víctimas y la política penitenciaria, una de las tareas pendientes para candar definitivamente el ciclo de la violencia y sus consecuencias. La gestión del pasado y su transformación para la convivencia y la reconciliación futura son a juicio de Jonan Fernández la parte más compleja del proceso de resolución.
El secretario de Paz y Convivencia señaló ayer que “no es posible un acuerdo completo de interpretación del pasado, ya que en el pasado se encuentra el diagnóstico de la culpa y de la responsabilidad, el dolor y el sufrimiento padecidos y, junto a ello, las diferentes lecturas sobre las causas y génesis de lo ocurrido”. Para Fernández, la existencia de varios relatos no es óbice para que se pueda avanzar en la gestión del pasado y, aunque reconoce que no es posible un acuerdo completo, es decir, un único relato, sí es posible “fijar unos mínimos que hagan factible la posibilidad de consenso”.
Fernández participó ayer en Bilbao en una jornada de Gogora, el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos, sobre Experiencias Internacionales en la gestión de la memoria, en la que también intervinó la directora de esta entidad, Aintzane Ezenarro.
En vísperas de la celebración el próximo martes del Día de la Memoria en el que no participarán PP y UPyD por sus diferencias con la fórmula utilizada por el Parlamento Vasco para afrontar este jornada, el secretario de Paz y Convivencia indicó que en Euskadi se necesita más tiempo para la elaboración de la memoria. Han pasado cuatro años desde que ETA anunció que dejaba definitivamente de matar y amenazar, poco tiempo a juicio de Fernández, por lo que “es normal que los debates vayan a trancas y barrancas”. Sobre el papel del Instituto Gogora, recordó que responde a la “voluntad de compartir una reflexión crítica” ante hechos del pasado que supusieron una violación de los derechos humanos como la Guerra Civil, la dictadura franquista, “el terrorismo de ETA y los contraterrorismos ilícitos”.
Fernández rechazó cualquier forma de “equiparación compensatoria” entre distintas formas de violencia y se comprometió a promover, “sin discriminaciones ni lagunas, una reflexión crítica y autónoma sobre cada una de ellas”.
memoria Por su parte, Ezenarro señaló que Gogora nace con un acuerdo “amplio y plural” y destacó que tienen la responsabilidad de “garantizar la participación de la pluralidad de la sociedad, de las distintas sensibilidades políticas y de las víctimas en la configuración de la memoria”. En este sentido, subrayó que la dirección de Instituto tendrá como prioridad “cuidar las bases éticas con las que nace”, así como “mantener y ampliar los acuerdos plurales” con los que se sustenta el proyecto.
La directora del Instituto de la Memoria reiteró su compromiso por “transmitir una memoria democrática, así como garantizar la participación de la pluralidad de la sociedad vasca, de las distintas sensibilidades políticas y de las víctimas en la configuración de la memoria”.