GASTEIZ. En su intervención de hoy en el pleno de Política General, que marca el inicio del periodo de sesiones del Parlamento Vasco, el lehendakari ha reconocido que los desencuentros en esta materia entre los partidos políticos y el "bloqueo" de la Ponencia de Paz y Convivencia de la Cámara no han ayudado en este asunto.
Ante esta situación, el Gobierno vasco "no va a estar parado", sino que "asumirá riesgos" porque "la sociedad espera" que los partidos e instituciones contribuyan "cuanto antes y del mejor modo posible al final definitivo de la violencia" y se sienten las bases de una nueva convivencia.
Por ello, el lehendakari presentará al nuevo Gobierno de España que surja tras las elecciones de diciembre una propuesta para recuperar "la normalidad penal y penitenciaria" basada en "principios legales y humanitarios" que se oriente hacia "la reinserción y la convivencia" de los presos etarras tomando como referencia las iniciativas impulsadas en este sentido por su Ejecutivo: Zuzen Bidean e Hitzeman.
Urkullu se ha dirigido de manera directa a la izquierda abertzale para que "levante el veto colectivo que impide a los presos (de ETA) optar a los beneficios penitenciarios individuales y transitar por las vías legales de reinserción y resocialización".
El Gobierno vasco continuará además con las políticas públicas de víctimas basadas en la reparación y la memoria con el objetivo de "mirar al futuro y promover la unión entre víctimas y sociedad" y, además, impulsará la "autocrítica" en materia de derechos humanos.
El lehendakari ha anunciado también que este otoño presentará en una propuesta de ley de reconocimiento a víctimas de vulneraciones de derechos humanos no reconocidas y después de las elecciones generales hará lo propio con un "acuerdo-base para la convivencia" basado en el "suelo ético" de la Ponencia de Paz del Parlamento.
El Gobierno vasco, ha añadido, seguirá exigiendo a ETA "un proceso de desarme y desaparición definitivo, irreversible, incondicional, total y verificable".
Ha recordado en este sentido que en diciembre del año pasado mostró a la organización la disposición del Gobierno vasco de liderar ese desarme "ordenado", un proceso que debe hacerse con "discreción, compromiso, sin estrategias a la hora de dosificar los plazos y sin intereses partidistas".
El lehendakari ha interpelado también a ETA, a la que ha recordado que la sociedad le exige que se disuelva y reconozca el "daño injusto causado, algo tan sencillo como decir que matar estuvo mal, que atentar contra los derechos humanos estuvo mal".
Ha considerado además que el "extremo debilitamiento de ETA es un hecho positivo" aunque ha advertido de que "sigue siendo necesario el final definitivo" de la organización terrorista, un final "que garantice de forma segura su desarme total y desaparición completa".