Bilbao -A lo largo de los más de 50 años de existencia de ETA son innumerables las ocasiones en que las fuerzas policiales, tanto españolas como francesas, han desarticulado a la supuesta cúpula de la organización armada. A cada caída, ETA, hasta la fecha, había demostrado una gran capacidad de reacción sabiendo sustituir a los detenidos por nuevos efectivos. Está vez, sin embargo, el arresto de David Pla e Iratxe Sorzabal puede significar el golpe definitivo.
La primera gran caída tuvo lugar en septiembre de 1975 gracias a la infiltración en ETA de Mikel Lejarza El Lobo. La actuación de este infiltrado supuso una cascada de detenciones entre ellas la de Iñaki Mujika Arregi Ezkerra, máximo responsable de la organización y uno de los participantes en el atentado que costó la vida a Carrero Blanco, el delfín de Franco.
Diez años después, en 1985, las fuerzas de seguridad francesas asestaron un golpe a la dirección de ETA con la detención de dos de sus máximos responsables: Juan Lorenzo Lasa Mitxelena Txikierdi e Isidro Garaialde Mamarru. Quedaba libre Domingo Iturbe Abasolo Txomin, considerado el verdadero número 1 de ETA tras el asesinato de Argala. Iturbe fue arrestado por la policía en 1986, siendo deportado a Argel. El 1 de marzo de 1987 se hizo pública su muerte, acaecida unos días atrás. De acuerdo con la administración argelina y sus propios compañeros deportados, murió en un accidente de tráfico. Sin embargo, se ha especulado con la posibilidad de que muriera de una caída mientras realizaba ejercicios en un campo de entrenamiento.
Operación en Bidart El siguiente gran golpe se produjo en marzo de 1992. Grupos especiales de la policía francesa, en colaboración con la Guardia Civil, capturaron en Bidart, a menos de 20 kilómetros de la muga con el Estado español, a la dirección de ETA. La operación se presumía importante, pero no hasta el punto de que fuera detenido el denominado Colectivo Artapalo, la dirección de ETA. Fueron arrestados Francisco Mujika Garmendia Pakito , máximo dirigente y responsable directo de los comandos; José Luis Álvarez Santacristina Txelis, ideólogo y estratega de la organización; y José María Arregi Erostarbe Fiti, principal experto en explosivos. Dos meses después, cayeron sus sucesores en una operación en Baiona: Iñaki Bilbao Beaskoetxea, Iñaki de Lemona, y Rosario Pikabea.
En febrero de 2001 fue arrestado en tierras galas Xabier García Gaztelu Txapote, a quien la policía responsabilizó del secuestro y posterior asesinato del concejal del PP en Ermua Miguel Ángel Blanco. Sin embargo, el siguiente gran golpe a la dirección de ETA se produjo el 3 de octubre de 2004 con la detención del máximo responsable político de la organización desde la desarticulación de Bidart, Mikel Albisu Mikel Antza y su compañera Marixol Iparragirre Anboto, responsable de los comandos legales de la organización.
El 20 de mayo de 2008 era detenido Javier López Peña Thierry. El galdakoztarra había sustituido a Josu Urrutikoetxea en las reuniones que mantuvo ETA con el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero y las fuerzas policiales españolas le consideraron el responsable del atentado en la T-4 de Barajas. Meses más tarde, era arrestado en Cauterets Garikoitz Aspiazu Txeroki, responsable militar de la organización, y a finales de año fue detenido su sucesor, Aitzol Iriondo.
Tras octubre de 2011 Tras el anuncio del fin de su actividad armada, en octubre de 2011, ETA ha seguido sufriendo golpes policiales. Una de las operaciones más relevantes tuvo lugar en mayo de 2012 con el arresto en la localidad francesa de Cauna del presunto número uno del aparato militar, Oroitz Gurrutxaga Gogorza.
El 28 de octubre de ese mismo año era detenida en Lyon Izaskun Lesaka, miembro de la dirección de la organización. Los últimos arrestos, antes de los de ayer, fueron los de Iñaki Reta de Frutos y Xabier Goienetxea, presuntos dirigentes del aparato logístico, el pasado mes de julio.