MADRID - El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, afirmó ayer que ETA “está muerta y derrotada” desde el punto de vista policial y operativo. El mandatario popular agregó que mantiene “un mínimo aparato en el exterior”, pero “muy pequeñito, simplemente para intentar coordinar lo que le queda fuera en armamento y personal”. “Están plantando nabos en los huertos”, agregó.

En una entrevista en la Cadena Cope, Fernández Díaz indicó que formalmente la banda no se ha disuelto y por eso el Gobierno español sigue persiguiendo a sus miembros, con más de 150 detenciones dentro y fuera del Estado en esta legislatura. “Así vamos a seguir hasta que por las buenas o por las malas se disuelva”, explicó. El dirigente popular también señaló que es muy difícil que la banda se disuelva, porque solo lo haría a cambio de una negociación que dé salida a lo que ellos llaman refugiados y presos políticos y eso “con el Gobierno del PP no lo van a tener”.

Finalmente, el ministro opinó que sería bueno que ETA se disolviera para que se visualizara claramente que no ha conseguido sus objetivos políticos, pero vio tan derrotada a la organización que le quitó hierro. Dijo que la disolución no es algo fundamental a efectos de garantizar que no va a volver atentar, de igual modo que el GRAPO tampoco se ha disuelto pero solo existe en la cárcel.

Etxerat Por otro lado, el colectivo de familiares y allegados de presos vinculados a ETA Etxerat presentó un informe que indica que el coste de las visitas mensuales en las cárceles más alejadas requiere casi 900 euros, y cerca de 1.500 en el caso del Estado francés, una “sangría económica” que supone una situación “atroz” para estos reclusos desde hace 26 años. En este sentido, denunciaron que uno de los objetivos de la dispersión es “ahogar económicamente a las familias”. Desde esta organización también señalaron que van a elaborar otros estudios sobre “todas y cada una de las prácticas y venganzas denunciables”. - DNA