donostia - El diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, indicó ayer que la decisión de retirar las tarjetas de crédito de esta institución obedece a una voluntad de “corregir” la imagen que la sociedad tiene de los políticos y eliminar posibles “sospechas”, a pesar de que la Diputación sabe que “no se ha hecho una utilización inadecuada” de las tarjetas. Esta iniciativa del nuevo gobierno foral se enmarca dentro de un conjunto de medidas que basarán la gestión en criterios de “ejemplaridad, integridad y transparencia”.
En una entrevista en Euskadi Irratia, la máxima autoridad de la institución foral señaló que “existe una percepción de la sociedad”, “seguramente distorsionada”, en torno al proceder de los políticos. Esta situación obliga, en opinión de Olano, que se den una serie de pasos. “Normalmente, en Gipuzkoa y diría que en Euskal Herria en general, los políticos tenemos un carácter similar al de la gente. Hemos nacido del pueblo y volveremos al pueblo cuando dejemos la responsabilidad, no somos diferentes. La gente de aquí, en general, tiene una forma determinada de hacer las cosas y normalmente lleva una vida muy austera. Nosotros también y cuando estamos en la gestión pública no hacemos una mala utilización del dinero público. Sin embargo, es cierto que la gente tiene esa imagen, y para corregir eso tenemos que dar una serie de pasos”, explicó ayer.
Desde esta perspectiva, según indicó Olano, “la propia existencia de la tarjetas genera una sospecha” y hace que “la gente empiece a pensar que ahí hay algo raro”. Ante esta situación, el modo de actuar de los responsables forales será a partir de ahora diferente. “Hemos pensado que si existe un gasto, se ha de pedir una factura y justificar como corresponde. Y si tienes una comida por motivos de trabajo con alguien, dices con quién y para qué. Pero si la tienes, hazla”, explicó. En este sentido, advirtió de que “existe un discurso políticamente correcto que nos podría llevar a los políticos a hacer mal nuestro trabajo”, así como una “identificación de manera directa de los políticos con la corrupción que hay que superar”. Entre las medidas que el nuevo ejecutivo foral ha anunciado están, además de la supresión de las tarjetas de crédito, la elaboración de un código ético o la limitación del uso de los coches oficiales para desplazamientos de carácter profesional o institucional. Además, los responsables forales se comprometerán a no aceptar ningún obsequio o regalo que se desvíe de los usos habituales de cortería. Por otro lado, la Diputación está realizando durante las primeras semanas un “chequeo” vía auditoría de la situación en la que se encuentran el ente.