MADRID. Así se ha pronunciado Catalá en la sesión de control en el Congreso en respuesta al diputado del PNV Joseba Agirretxea, que ha calificado de "ofensa para sus legítimos propietarios" que banderas y objetos arrebatados por el ejército franquista a partidos y otras organizaciones se exhiban como "botín de guerra".

Según Agirretxea, no es necesaria ninguna nueva legislación para devolver lo incautado y ha exhibido una reproducción de una ikurriña de la sede del PNV del municipio vizcaíno de Gautegiz Arteaga, localizada en el Archivo de Salamanca.

"Es nuestra y no tienen ningún derecho a retenerla. No es propiedad de todos los españoles como dice usted", ha denunciado el diputado del PNV, que ha reclamado al PP un comportamiento "mínimamente democrático" porque esa bandera ni está cedida, ni donada, sino que está arrebatada de una de sus sedes.

Agirretxea se ha preguntado si es posible que un museo italiano o alemán exhiba banderas robadas por los fascistas durante la Guerra Mundial y ha sugerido que quizá el actual Estado y su Ejército son herederos de aquellos sublevados.

Catalá le ha contestado que en el año 2008 se abrió un procedimiento para la devolución de este tipo de objetos y, en concreto, de la ikurriña de Gautegiz Arteaga, pero el PNV no presentó la solicitud.

Una afirmación que ha provocado la inmediata queja del portavoz del PNV, Aitor Esteban, que seguía la sesión sentado en su escaño, y que ha sido llamado al orden por el presidente del Congreso, Jesús Posada, sin más consecuencias.

Catalá ha asegurado que no existe ninguna razón política que impida la devolución de esas piezas, sino un problema de carácter jurídico, ya que esos objetos son piezas históricas, protegidas por la Ley de Patrimonio Histórico.

Esa norma, aprobada por el PSOE según ha destacado Catalá, establece que esos bienes deben estar adecuadamente protegidos y puestos "al servicio de los ciudadanos".