bilbao - PNV y PSE exploran estos días un acuerdo programático para las diputaciones y los principales ayuntamientos que podría cuajar en gobiernos de coalición. Pero el socialismo ha trazado una línea divisoria entre lo que suceda en las negociaciones locales y su labor en el Parlamento Vasco, donde sigue considerando válido el acuerdo que firmaron en 2013 que solo abarca algunas materias y que le reserva un margen para ejercer la oposición y para marcar perfil al que no piensa renunciar. Los jeltzales piden que los pactos sean coherentes a nivel nacional y aspiraban a que la sintonía se trasladara al Parlamento para estrechar aún más el acuerdo que ya tienen. No obstante, lo que nadie baraja es un gobierno de coalición en Lakua, que los socialistas se sumen al gabinete de Iñigo Urkullu. Serían palabras mayores, y a estas alturas de la legislatura nadie lo baraja. El portavoz del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka, dijo ayer en Onda Vasca que “nadie está por la labor” de que PSE entre a formar parte del Ejecutivo. Ese matiz no es óbice para que aspire a profundizar en la relación con el socialismo, pero por otras vías. Según dijo, hay otras formas de contribuir a la estabilidad institucional, “como alianzas parlamentarias o acuerdos programáticos o acuerdos sobre aspectos concretos que sean estratégicos en lo que resta de legislatura, acuerdos parlamentarios que den respaldo a programas legislativos concretos”.
Descartar la coalición no es una consecuencia de la negativa del socialismo, sino que el propio Erkoreka ya aseguró en una entrevista concedida a este periódico en octubre del pasado año que en el ecuador de la legislatura nadie se planteaba esa hipótesis. Por ello, recomendó “operar mejor con acuerdos presupuestarios”.
Ayer profundizó en la idea de la estabilidad, aunque el socialismo no quiere trasladar un eventual entendimiento local al Parlamento o a cuestiones como la paz y el nuevo estatus de autogobierno. También mantiene su órdago con la Ley de Vivienda apoyada por los socialistas, la izquierda abertzale y UPyD. “El Gobierno ha trabajado, ha pedido y ha hecho campaña a favor de la estabilidad institucional, que tampoco es un valor que se pueda fragmentar por territorios o por instituciones. Es muy difícil trabajar por la estabilidad institucional en un territorio y trabajar abiertamente por desestabilizarlo todo en el territorio vecino”, opinó Erkoreka. Sobre un eventual gobierno de coalición, dijo que “esas cuestiones se plantean en el momento inicial de los gobiernos, no en la fase final; y el Gobierno Vasco ha consumido ya dos terceras partes de la legislatura”. “En cualquier caso, la única manera de contribuir a la estabilidad de la instituciones no pasa necesariamente por formar parte o integrarse en sus órganos de gobierno”, quitó hierro.
Sobre un eventual acuerdo para desalojar al popular Javier Maroto de Gasteiz, dijo que no es partidario de formar “frentes anti-personas ni anti-partidos”, pero cree que es legítimo que se intenten conformar mayorías alternativas. “Lo que planteo es la posibilidad de conformar gobiernos alternativos, no contra este o aquel, sino para postular una alternativa de gobierno que se considera que satisface mejor las expectativas de la sociedad”, dijo. - M. Vázquez