madrid - El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, conversaron ayer sobre la situación política general y se centraron en el calendario legislativo. En su almuerzo en el Palacio de la Moncloa no hablaron sobre pactos, según informaron fuentes socialistas. La posibilidad de que PP y PSOE alcancen acuerdos postelectorales es difícil, sobre todo después de que los socialistas hayan dejado la puerta abierta a acuerdos con todos los partidos a excepción del PP, algo que Sánchez le dejó claro ayer, cerrando la puerta a la apuesta del PP de extender al resto de España la oferta que Esperanza Aguirre le hizo al PSOE para frenar el acceso de la izquierda radical a las instituciones.

Uno de los asuntos principales de este encuentro, que duró hora y media, fue el calendario legislativo. Apenas faltan seis meses para las elecciones generales y hay poco margen para tramitar iniciativas parlamentarias en las Cortes. Rajoy baraja el 22 o del 29 de noviembre para celebrar las generales, dos fechas que dejarían tiempo para aprobar en septiembre las últimas leyes en tramitación, fuentes parlamentarias. Sánchez trasladó a Rajoy la que considera que debe ser la “hoja de ruta” hasta el final de la legislatura y que, a su entender, pasa porque el Gobierno cambie sus políticas económicas y sociales. Según Sánchez, ese giro en las políticas del Ejecutivo del PP responde a lo que los españoles demandaron en las urnas el pasado 24 de mayo. Para ello, la dirección del PSOE ha aprobado un documento llamado El cambio para el progreso seguro, en el que plantea sus propuestas para el fin de la legislatura, que se irán concretando en las próximas semanas en el Congreso.

Las mismas fuentes señalaron que el presidente del Gobierno y el líder socialista no hablaron de pactos. Tanto el PSOE como el PP han dado libertad a sus respectivos líderes territoriales para afrontar esos acuerdos postelectorales. Eso sí, Ferraz no quiere pactos con los populares, a lols que quiere desalojar de muchas plazas.

En la resolución política que aprobaron el pasado sábado en su Comité Federal, los socialistas se han marcado como objetivo favorecer gobiernos progresistas, que sean coherentes, y han decidido que no entrarán a formar parte de ellos si no los lideran. El PSOE está hablando con Ciudadanos, Podemos e Izquierda Unida, con cuyos dirigentes ya tuvo la semana pasada contactos por teléfono. En algunos lugares, necesitan el apoyo del partido de Pablo Iglesias para gobernar, pero en otros podrían hacerlo con Ciudadanos.

Desde el día después de las elecciones, Rajoy viene repitiendo el mensaje de que hay que dejar gobernar a la lista más votada, promoviendo gobiernos estables basados en la transparencia y que tengan como objetivo la creación de empleo y la transparencia. Según Rajoy, la recuperación económica es “más fácil con estabilidad política” y así lo expuso en comparecencia tras el Comité Ejecutivo de su partido celebrado la semana pasada. Por eso, confirmó que la “filosofía” del PP a la hora de negociar pactos será apostar por la estabilidad y con pactos “transparentes”.

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, rechazó un cambio en la política económica del PP y defendió que las medidas puestas en marcha por los populares están llevando a España “poco a poco” a la recuperación. La número dos del Gobierno recalcó que “no se llevará a cabo un cambio de medidas políticas si éstas hacen que se vuelva a entrar en “la dinámica de recesión, congelación de pensiones y retrocesos económicos y sociales”.

La reunión de Rajoy y Sánchez se produjo un día después de la que ambos mantuvieron por separado con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, al que cortejan tanto PP como PSOE porque tiene en sus manos gobiernos como el de Madrid. - Efe/E.P.