donostia - El PNV se plantó ayer en Alderdi Eder, frente al Ayuntamiento de Donostia gobernado por Bildu, para dejar claro que va a por todas en las elecciones municipales y forales del 24 de mayo y que ve posible volver a gobernar en las principales instituciones del país. En el acto de cierre de la precampaña, los jeltzales dejaron clara una vez más su apuesta por gobernar en los tres territorios de la comunidad autónoma, pero no por un mero capricho, sino porque creen que la gestión de la izquierda abertzale en Gipuzkoa y del PP en Araba ha sido perjudicial para los vascos, mientras en Bizkaia y en Bilbao “las cosas funcionan” porque el PNV está al mando, según defendieron. Su presidente, Andoni Ortuzar, acusó a Bildu de imponer sus proyectos, de hacer la vida imposible a las empresas y por extensión a los trabajadores por la falta de impulso económico en el territorio, y de enredar a los guipuzcoanos con una recogida de basuras puerta a puerta que ha generado críticas y que no ha conseguido solucionar el problema del tratamiento de los residuos. En cuanto al PP, cargó contra el “racismo” del alcalde de Gasteiz, Javier Maroto, por acusar a los inmigrantes magrebíes de abusar de las ayudas sociales, y lamentó que el diputado general de Araba, Javier de Andrés, haya censurado las políticas de impulso del euskera. “Donde gobierna el PNV, las cosas funcionan. Donde están otros, solo hay jaleo”, zanjó Ortuzar.
El jeltzale repasó ayer en primer lugar las polémicas de Bildu en Gipuzkoa, que abarcan desde los residuos a sus políticas anticrisis. La oposición ha visto falta de pulso en el diputado general Martín Garitano a la hora de diseñar planes de reactivación, y ha lamentado su tensa relación con la patronal de empresarios de Gipuzkoa, Adegi. Adegi ha criticado la política fiscal de Bildu porque cree que castiga a las empresas con los impuestos y Bildu, a su vez, la ha acusado de ejercer de punta de lanza de la oposición, ambas partes tuvieron un pleito a cuenta del convenio de las residencias de ancianos, y Garitano apostó en 2013 por romper relaciones. En cuanto a los residuos, los partidos han criticado su empeño en el puerta a puerta, que incluso ha provocado que se constituyan plataformas ciudadanas contra ese método y que se celebren consultas sin que Bildu las haya facilitado en muchos municipios. “¿Qué han dejado estos cuatro años de EH Bildu aquí? Imposición, muy poco trabajo y una desoladora falta de implicación con los problemas económicos, con las empresas, con el empleo. Cuando EH Bildu no apoya a las empresas, cuando les hace la vida imposible, los primeros damnificados, los que salen mal parados, son los trabajadores. Esa clase trabajadora a la que ellos dicen defender. A ella es a la que ha fallado y castigado. Han querido dar una torta a los empresarios y se la han dado a los hombres y mujeres de Gipuzkoa”, lanzó. También criticó la gestión de las basuras. “Ahora, según Bildu, no toca hablar de las basuras. Se han dado cuenta de que, con el famoso puerta a puerta, además de despilfarrar dinero, pierden votos. Y ahora, a esconder la que ha sido su mayor obsesión durante estos años”, criticó.
Sobre el PP, lamentó que “aquella Vitoria que era noticia por ser moderna, progresista, verde, ejemplar... ahora es noticia por racismo y por chanchulleo, por ir contra el euskera, y todo gracias al PP. Aquella Vitoria que Cuerda puso en el cielo, Maroto la ha bajado al infierno”, acusó.
Ortuzar participó en un acto con 5.000 candidatos y simpatizantes, en el que tomaron la palabra el lehendakari y los aspirantes a las elecciones. Juan Mari Aburto opta a Bilbao; Unai Rementeria, a Bizkaia; Eneko Goia, a Donostia; Markel Olano, a Gipuzkoa; Gorka Urtaran, a Gasteiz; y Ramiro González, a Araba. Ortuzar vaticinó tiempos de progreso y, en ese contexto de recuperación, consideró clave que las instituciones trabajen juntas, algo que sería posible si el PNV gobierna en todas ellas porque “tiene un proyecto global para toda Euskadi”. “No podemos dejar que sigan maltratando a este país”, dijo. En Nafarroa, elogió a Geroa Bai como palanca de cambio ante UPN.
sondeos El liderazgo jeltzale en Bizkaia, su feudo tradicional, parece indiscutible. Antes de las elecciones de 2011, gobernaba en las tres diputaciones, pero en esos comicios la izquierda abertzale triunfó en la Diputación guipuzcoana y el Ayuntamiento donostiarra. El PP se hizo con la Diputación alavesa y con Gasteiz. No obstante, encuestas como la elaborada por Gizaker para este periódico sitúan al PNV como ganador en los ayuntamientos de Donostia y Gasteiz y la Diputación de Araba, pero por márgenes muy estrechos. En la lucha por la Diputación de Gipuzkoa, empataría a veinte escaños con EH Bildu, que le lleva una ligera ventaja.
Aunque triunfaran PP y Bildu, los populares y la izquierda abertzale lo tendrán complicado para volver a gobernar: nadie obtendrá una victoria holgada, necesitarán apoyos para su investidura, y ningún partido de la oposición parece estar por la labor tras una legislatura agitada. Ayer mismo, la aspirante de EH Bildu a la alcaldía de Gasteiz, Miren Larrion, se mostró dispuesta a pactar “con quien sea” para desalojar al PP, aunque luego matizó que deberían compartir un proyecto de izquierdas y apostó por una auditoría en el Ayuntamiento. En las últimas jornadas, el PNV ha sido requerido por los medios de comunicación para que precise si debería gobernar el más votado. Ha respondido que deberá gobernar quien logre apoyos y garantice la estabilidad. En 2011, dejó que gobernara la izquierda abertzale en Gipuzkoa mientras PSE y PP le pedían articular una entente para evitarlo. En ese momento, la victoria de Bildu fue tan holgada que al PNV no le pareció presentable desalojarla. El factor determinante para dejarla gestionar no fue que su lista era la más votada, sino que la victoria fue contundente y la ciudadanía había hablado claramente. Ahora se prevén resultados ajustados.