Tiempo no le sobra en su agenda a este licenciado en Derecho y en Económicas y Empresariales, que también se maneja en un perfecto inglés y francés, casado con una fiscal de la Unidad Especial de Delitos informáticos, Ana María Martín Escalera (54 años), a quien conoció en la facultad, y padre de cuatro hijos, tres chicos y una chica. Con fama de hiperactivo, lo lleva todo con el gran sentido del humor que caracteriza a quien ha puesto punto y final al lustro en que su predecesor se ha desenvuelto como interino. Deja atrás De la Mata diez años como magistrado en la Audiencia Provincial de Madrid, donde se encontró un retraso notable y, sin embargo, deja la oficina casi limpia de causas pendientes, labor que solo abandonó durante dos años (2009-2011) al ser nombrado director general del Ministerio de Justicia en la época de Francisco Caamaño, último titular de esta cartera en el Gabinete socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, de ahí que ya esté acostumbrado al revuelo de la prensa, aunque sostienen que en sus resoluciones no dejará traslucir ni un ápice de esa ideología presumiblemente progresista porque ese paso por la política se debió más a un compromiso personal que a una vocación. “No se casa con nadie”, proclaman incluso desde el sector más conservador. Ello, pese a los rumores de una recusación desde el PP en la trama Gürtel, si bien se le achacaría lo mismo que se le puede atribuir a Carlos Lesmes, presidente del Tribunal Supremo que fue director general con el Gobierno de José María Aznar. O a Eloy Velasco, juez central número 6 e instructor de la operación Púnica, que fue director general de Justicia de la Generalitat Valenciana a las órdenes del PP.

con experiencia política De la Mata recoge el testigo de causas aún en fase de instrucción como la que afecta a Jordi Pujol Ferrusola, hijo mayor del expresident Jordi Pujol, o sobre la segunda etapa de la Gürtel, al haberle dejado cerradas Ruz -que retorna a su antiguo juzgado de Móstoles- las más polémicas, preparadas ya para ser juzgadas: la primera fase de la citada red (1999-2005), los denominados papeles de Bárcenas y la del fichaje del brasileño Neymar por el Barcelona bajo la presidencia de Sandro Rosell. El talante infatigable que le acompaña y sus más de 25 años de experiencia en la carrera judicial, buena parte de ellos en la jurisdicción penal, le ayudarán a familiarizarse con los mediáticos asuntos que hereda y los que puedan llegarle en un futuro a un juzgado con leyenda de imán para los casos espinosos. Uno de los mayores hitos que atesora ya en su historial responde a la implantación -en su etapa como director general de Modernización de la Administración de Justicia-, de la oficina judicial, que sustituyó al modelo tradicional de los antiguos juzgados formados por un juez, secretario judicial y un numero de funcionarios que trabajaban de modo independiente en el mismo juzgado. Antes de incorporase a la Audiencia de Madrid en 2005, se afanó como abogado del Tribunal Constitucional, rescatado por alguien tan ultraderechista como Carlos García Calvo, lo que demuestra la imparcialidad política del protagonista; y entre 1993 y 2001 fue letrado del Consejo General del Poder Judicial a las órdenes de Luis López Guerra, de cuya escuela de Derecho se le considera miembro y próximo a la exvicepresidenta del Gobierno socialista, Teresa Fernández de la Vega. No en vano, se le encargó la puesta en marcha de una oficina de cooperación internacional y acabó siendo experto en esa materia.

‘fatiguitas’, el creyente Partía como aspirante de mayor antigüedad de entre los 17 que se postularon para el número 5 de la Audiencia Nacional y por eso se quedó con la plaza, que salió a concurso de traslado junto a otras 363, de forma que permanecerá en el juzgado hasta que regrese su titular, Miguel Carmona, actualmente juez de enlace con el Reino Unido. Alto y de pelo cano, De la Mata, Fatiguitas para sus amigos gaditanos porque “cuando se mete en algo lo hace hasta el final, en cuerpo y alma”, desprende aptitudes para la comunicación y se desvive por las nuevas tecnologías, por lo que no resulta extraño encontrárselo en un pasillo tratando de convencer a algún compañero de las ventajas de leer el periódico en táblet en vez de hacerlo en papel. El nombre de su segundo hijo, Francisco de Asís, lo escogió en honor al fundador de los Franciscanos, reflejando así su fe católica, de misa dominical. Falta le hará en su nuevo cometido. Incluso algún que otro milagro.