GASTEIZ - El debate para eliminar las duplicidades, que se producen cuando dos instituciones trabajan en el mismo campo y desempeñando exactamente la misma actividad, encara su recta final en el Parlamento Vasco. Mientras algunos partidos cuestionan la voluntad del Gobierno vasco a la hora de eliminar esas ineficiencias, como es el caso de una UPyD que pedirá mañana mismo al portavoz Josu Erkoreka que pase de las palabras a los hechos, lo cierto es que la ponencia parlamentaria constituida para abordar las duplicidades tiene ya sobre la mesa un borrador de conclusiones. El texto, al que ha tenido acceso este diario, apenas constata duplicidades a nivel interno, es decir, entre las diputaciones, los ayuntamientos y el Gobierno de la Comunidad Autónoma Vasca, aunque tampoco se cierra en banda a pulir disfunciones y se plantea un adelgazamiento de la administración, eventuales reformas en la Ley de Territorios Históricos y crear un Consejo de Políticas Públicas de Euskadi para afinar en la coordinación. No obstante, sí constata ineficiencias cuando se refiere al Estado, que “no deja resquicio alguno sin intervenir normativamente” y que produce duplicidades “serias”. Hasta tal punto llegaría la intromisión del Estado que aprobar la Ley Municipal vasca se ha hecho más necesario que nunca después de que el Gobierno de Rajoy activara la norma de racionalización que amenaza la calidad de los servicios y las competencias de los ayuntamientos. Por ello, se considera clave aprobar la ley local vasca, que además afectaría a todo el entramado de la comunidad autónoma y aclararía competencias.

El documento ha sido redactado por el coordinador de la ponencia, el jeltzale Juan Antonio Arieta-Araunabeña, a petición de los grupos, aunque los argumentos que se recogen no son cosecha exclusiva del PNV, sino una mezcolanza de las opiniones de los partidos y los expertos que han ido desfilando por ese foro parlamentario. El borrador, en poder de los partidos desde finales de febrero, recibirá aportaciones de los grupos, de modo que algunas de sus conclusiones saldrán adelante y otras podrán quedar en el tintero.

El apartado dedicado a las duplicidades en las que incurre el Estado en la CAV es contundente. En concreto, se centran las responsabilidades en la delegación del Gobierno español en suelo vasco, liderada ahora por Carlos Urquijo. El borrador dice que mantiene en su seno “organizaciones de servicios en materias que han sido objeto de transferencias” a Euskadi. También cita dos títulos competenciales de España que, por genéricos, terminan amparando todo tipo de actividades por su parte: “El que habla de las condiciones básicas que garantizan la igualdad de todos los españoles, en el ejercicio de los derechos constitucionales, y el que hace referencia a la ordenación general de la economía”. “Son títulos casi universales de habilitación competencial que, con el pretexto de la igualación de los derechos constitucionales o con el de la ordenación de la economía, supuestamente permiten al Estado la adopción de iniciativas normativas en cuestiones sectoriales y económicas que, según los estatutos, son de atribución autonómica: así, en turismo, industria, agricultura, o en muchos otros sectores”, dice.

Por ello, se ve necesario aprobar un nuevo estatus que impida la “utilización abusiva y disfuncional” por parte del Estado de los títulos competenciales, culminar el traspaso de las competencias pendientes a Euskadi y que España garantice el cumplimiento de los pactos, adecuar los servicios del Estado a “criterios de racionalidad” y realizar un barrido de las estructuras españolas que actúan sin que les hayan sido asignadas funciones ejecutivas.

defensa foral En el caso de las duplicidades internas, se defiende la validez del sistema foral, se zanja que el Parlamento no puede suprimir las diputaciones ni vaciarlas de contenido arrebatándoles las competencias fiscales, y se llega a la conclusión de que la arquitectura vasca no es menos eficiente que otras “si atendemos al peso que el coste del entramado tiene en relación al PIB”. Además, señala que es propio del sistema estatal que las instituciones se complementen en su actuación, de modo que no es aplicable el axioma “un actor, una competencia”. Si hay duplicidades, no se debe a la existencia de varias instituciones, sino a falta de coordinación entre ellas. Aun así, se recomienda un estudio interno en cada institución foral o local y reestructurar sus entidades dependientes. Se plantea la necesidad de “algunas modificaciones puntuales de la LTH”.