bruselas - Los rumores y las declaraciones no cesan desde hace días. Desde el pasado lunes el ministro español de economía, Luis de Guindos, ha advertido hasta en dos ocasiones que Grecia necesitará un tercer rescate que cifra entre 30.000 y 50.000 millones de euros si no logra el acceso a los mercados antes del mes de junio, “algo altamente improbable”. Los principales dirigentes de la UE rechazan, sin embargo, entrar a valorar esta posibilidad que Atenas rechaza rotundamente. Es más, según la canciller alemana, Angela Merkel, o el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, es “prematuro” y lo que deben hacer ahora Grecia y el Eurogrupo es concentrarse en aplicar el paquete de reformas pactado.

“Por el momento estamos haciendo todo lo posible para que el segundo paquete de (ayuda a) Grecia se lleve a término. En el parlamento alemán ha habido una clara mayoría para esa prórroga y ahora se trata de que el documento del Eurogrupo se aplique y de que las instituciones, la troika, lo evalúen. Tenemos mucho trabajo por delante para conseguir culminar con éxito esto”, explicó ayer la canciller sobre las reformas a las que se ha comprometido el gobierno de Alexis Tsipras, mencionando un término, troika, que Syriza ha intentado erradicar del vocabulario europeo. Junto a ella Juncker asentía. “La Comisión va a concentrarse en aplicar lo que se acordó en el Eurogrupo. Me parece prematuro hablar de un tercer programa, especular sobre ello, pero no se puede impedir que se especule”, reconoció el luxemburgués tras una intensa semana de declaraciones del ministro español apuntando a un nuevo paquete de ayuda tras los dos concedidos hasta ahora a Grecia por valor de 240.000 millones.

Fue uno de los asuntos que abordaron Merkel y Juncker durante la primera visita oficial que la canciller alemana realiza al nuevo colegio de comisarios. Un encuentro del que ambos destacaron la buena sintonía y el ambiente positivo pese a los insistentes rumores sobre sus malas relaciones. “Ha sido una conversación agradable con la canciller Merkel, a quien admiro. Los periodistas siempre están buscando y sacando problemas a nuestra relación. No soy consciente de que existan. Espero que mi amiga Angela venga más a menudo”, aseguró Juncker que también se reunió con la dirigente alemana el pasado lunes en Berlín en la que calificaba ayer de semana Merkel. “Las conversaciones han sido, no hace falta decirlo, estupendas. No es como vender neveras a los esquimales. Ha sido un clima muy amistoso”, destacaba la líder germana.

Sobre la mesa, además de Grecia, también hubo otros asuntos. La agenda digital de la UE, los acuerdos de libre comercio que negocia la Comisión Europea en nombre de los 28, como el conocido TTIP con Estados Unidos, o la crisis en Ucrania y la política de sanciones. En relación a esta última cuestión, en la que Merkel se ha implicado personalmente junto con el presidente galo François Hollande, ambos dirigentes europeos destacaron que la aplicación de los acuerdos de Minsk es algo crucial.

“Hemos hablado esta mañana para ver cómo podemos aplicar con éxito el paquete negociado en Minsk, cómo reforzar la misión de la OSCE para que pueda producirse la supervisión, cómo prestar ayuda humanitaria, cómo podemos ser útiles para aplicar la agenda de reformas, pero el tema principal es evitar derramamiento sangre y que haya muertos”, explicó la canciller que reconoce que el alto el fuego es muy frágil y debe restablecerse. De ahí que lanzara una nueva advertencia a Moscú: “Si el paquete de medidas de Minsk se ve vulnerado, el Consejo Europeo y la Comisión Europea están dispuestos a considerar nuevas medidas de sanción”, señaló recordando que el acuerdo incluye el acceso de Ucrania a la frontera ruso/ucraniana. “La integridad territorial solo se restablecerá cuando los agentes de fronteras puedan acceder a la frontera”, añadió. En la misma línea, Juncker que ofreció ayer un mensaje firme pero mucho más moderado. “Los canales de comunicación con Rusia no solo tenemos que mantenerlos abiertos sino utilizarlos”, señaló al tiempo que admitía que por ahora no se dan las condiciones para convocar de nuevo las cumbres regulares entre la Unión Europea y Rusia.

libre comercio con EE.UU. El tercer gran asunto ayer sobre la mesa y en el que coincidieron ayer ambos dirigentes es el acuerdo de libre comercio e inversión entre la Unión Europea y Estados Unidos, que Bruselas y Washington desde hace más de un año y que ha sido objeto ya de ocho rondas de conversaciones. Un tratado que Berlín apoya con rotundidad pese a los muchos temores que genera en muchos sectores y en muchas opiniones públicas de la Unión Europea. “En nombre de Alemania he dejado claro que queremos el TTIP, que queremos un marco político en 2015 y que apoyamos a la Comisión Europea para alcanzar este objetivo”, aseguró ayer sobre el objetivo de llegar antes de que termine el año a un acuerdo político. A juicio de la canciller la creación de un espacio comercial con Estados Unidos permitirá a la Unión Europea impulsar el crecimiento económico y el empleo, algo capital según Juncker. “Doy la bienvenida al nivel de transparencia que ha traído la comisaria Malmstrom. Creo que ayudará a hacer frente a determinados prejuicios”, indicó. Uno de los elementos en cuestión son las cláusulas de protección de inversores de las que Alemania se ha beneficiado en el pasado y que permiten a las empresas tomar medidas legales contra gobiernos si sus decisiones ponen en riesgo sus inversiones. Aunque según Merkel “se necesita claridad”, también recordó que si hay voluntad de llegar a un acuerdo se encontrará la fórmula equilibrada razonable.

A preguntas de los periodistas, Merkel y Juncker también se refirieron a la propuesta de la Comisión de dar dos años a Francia para que reduzca su déficit público por debajo del 3% del PIB que fija como límite el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. La canciller, pese a ser la reina de la austeridad, ofreció un mensaje conciliador. “Por los contactos bilaterales que he tenido con Francia se que se han embarcado en un proceso de reformas intenso”, dijo.