Gasteiz - Juntos, pero no revueltos. Así aparecieron ayer representantes de los tres sectores del PSE en Álava que, por unos minutos, abandonaron sus diferencias para recordar a quien fuera su líder y diputado general, Fernando Buesa, asesinado por ETA hace quince años junto a su escolta, Jorge Díez Elorza.
Al igual que sucedió el jueves en el primer acto de la semana en recuerdo del ex líder socialista, la brecha reabierta tras el rechazo de Maite Berrocal a encabezar una plancha fruto de la “imposición” de la Ejecutiva alavesa o la petición de los críticos para que una gestora tome el relevo a la actual secretaria general y su equipo quedaron en un segundo plano frente al referente común que supone Buesa para la formación socialista.
Por expreso deseo de la familia, desde hace unos años el acto íntimo que acoge la calle Jardines de la Libertad donde fueron asesinados el dirigente y el ertzaina que le acompañaba carece de discursos y se ciñe, de forma estricta, a una emotiva ofrenda de rosas rojas bajo los compases de Ausencia de Imanol; apenas veinte minutos que ayer venían precedidos de la convulsa semana atravesada por el PSE alavés y su líder, Cristina González, que fruto de la gripe se convirtió en la gran ausente de la cita.
Por el contrario, la líder del partido en Euskadi, Idoia Mendia, llegó arropada por su guardia pretoriana, encabezaba por el portavoz del partido en el Parlamento Vasco, José Antonio Pastor, el ex consejero Rodolfo Ares, y el también parlamentario y destacado miembro del sector oficial, además de antecesor de González en la dirección alavesa, Txarli Prieto. Reabierta la brecha, Mendia no dudó en situarse de parte de la Ejecutiva territorial frente a las voces de los críticos y la tercera vía que representan Berrocal y el ex alcalde de Vitoria, Patxi Lazcoz.
Los dos asistieron al acto y se mantuvieron a una distancia prudencial de la líder autonómica. Mientras Mendia saludaba a la representación del Gobierno Vasco encabezada por la directora de la Atención a las Víctimas, Monika Hernando, y su asesora, Aintzane Ezenarro, Berrocal y Lazcoz charlaban con compañeros de afiliación a los que la edil gasteiztarra confesaba encontrarse “más tranquila” después de la tensión vivida tras renunciar a liderar la plancha del PSE en Vitoria. El escenario sectorial lo completaba, en un discreto segundo plano, el ex parlamentario Oscar Rodríguez, miembro junto a nombres como el del edil Juan Carlos Alonso o Iván Ruiz de Eguilaz, ausentes ayer, del grupo denominado crítico.
víctimas Ajenos a estas disputas internas, la cita en recuerdo de Buesa contó con la presencia de dirigentes políticos de otros partidos, como los jeltzales Gorka Urtaran, Ramiro González y Javier Carro, el diputado de Amaiur en el Congreso Rafa Larreina, o los populares Ramón Rabanera y Marta Alaña, entre otros muchos.
Al margen de la nutrida representación política, también quisieron sumarse al evento los miembros del programa de educación en las aulas activado por el Gobierno Vasco Pili Zabala, Andoitz Korta y Mikel Paredes, al igual que representantes de de la asociación que agrupa a los er-tzainas y sus familiares víctimas del terrorismo.
Todos ellos aguardaron a la llegada de la familia más próxima de Buesa y Díez Elorza para tomar parte en la ofrenda floral que iniciaron la viuda del político, Natividad Rodríguez, y la madre del ertzaina, Begoña Elorza, y a la que dieron continuidad los hijos y la hermana de los asesinados.