gasteiz - Al PSOE le ha durado escasamente una semana su “línea roja” que no iba a rebasar en su negociación con el PP de un pacto antiterrorista surgido al calor de los atentados yihadistas de Francia. Salvo giro de última hora, consentirá que se aplique a los delitos más graves de terrorismo la prisión permanente revisable, la figura jurídica embutida por el PP en solitario en el nuevo Código Penal, que en la práctica supone reinstaurar en el Estado español la cadena perpetua.

Solo se está a la espera de una llamada telefónica entre el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, para limar los últimos “flecos” del primer pacto de Estado que el nuevo líder socialista rubrica con los populares. Habrá que esperar hasta el lunes para ver la escenificación del acuerdo. Es de nuevo el terrorismo el que acerca a las dos formaciones, por mucho que hasta el momento Sánchez ha querido visualizar que el PSOE es alternativa y no compañero de viaje del PP con su negativa a pactar otros asuntos, entre ellos y solo hace una semana las medidas anticorrupción y el Código Penal, precisamente porque este contenía la prisión permanente revisable.

En uno de los contactos entre el PP y el PSOE para perfilar la proposición de ley que incluirá iniciativas para combatir el yihadismo, el portavoz socialistas en la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados, José Enrique Serrano, advirtió: “La prisión permanente revisable no es un tema menor para nosotros, es fundamental, una línea roja”. Sin embargo, el PSOE ha virado 180 grados para a través de un subterfugio aceptar que a los condenados por terrorismo se les pueda aplicar la cadena perpetua.

En ningún momento el contenido del pacto que han negociado en exclusiva PP y PSOE mencionará la cadena perpetua o la prisión permanente revisable. Donde el texto inicial de la proposición decía “los delitos de terrorismo serán castigados con prisión permanente revisable” ahora se afirma que serán castigados con las “mayores penas” previstas en el Código Penal. Así remite al artículo 35 del nuevo Código, ese que aprobó en solitario el PP, y que especifica que se trata de la prisión permanente revisable.

Pedro Sánchez es consciente de la difícil venta que tiene entre el electorado socialista su cambio de postura respecto a la cadena perpetua, su otrora “línea roja”, y el pacto con sus adversarios. Por ese motivo el líder del PSOE se puso antes la venda que la herida este miércoles al asegurar que “cuando gobiernen” los socialistas “suprimirán” del Código Penal la figura de la prisión permanente revisable.

Unidad ante todo El PSOE prima de esta manera la “unidad” en materia antiterrorista con la derecha del PP antes que mantener su coherencia ideológica, y fiándolo todo a un posible gobierno socialista tras las elecciones generales de finales de año, que está por ver. Ayer, el portavoz parlamentario del PSOE, Antonio Hernando, tampoco encontraba mejores argumentos para explicar el viraje socialista. “Hemos creído que mantener la unidad en esto es muy importante. Unidos somos mucho más fuertes contra los terroristas”, explicó, al tiempo que recordaba la “tradición” de acuerdos del PP y PSOE en materia antiterrorista.

Lo llamativo de la cuestión es que, precisamente, es el Gobierno del PP el que saca la cara al PSOE con los mismos argumentos que esgrimen los socialistas para hacer más llevadero su consentimiento a la cadena perpetua. El ministro del Interior español, Jorge Fernández Díaz, dijo ayer que el pacto deja la puerta abierta a la futura derogación de la prisión permanente revisable para los condenados por terrorismo. De hecho, aclaró que el subterfugio empleado, el no citar expresamente la pena, no es una “fórmula meramente cosmética” sino que “facilita” que si el PSOE vuelve a gobernar pueda derogar una medida con la que está en contra. “Es el primer acuerdo o pacto de Estado al que llegamos en un año absolutamente electoral, lo cual le da más valor a ese acuerdo al que previsiblemente y es deseable que se sumen otras fuerzas políticas españolas con representación parlamentaria”, agregó.

Este último aspecto parece cuestionable al menos en esta primera fase. Hasta el momento cuentan solo con el respaldo de formaciones minoritarias, mientras que desde otros partidos se ha criticado la forma de negociar de PP y PSOE, sin contar desde el principio con las demás formaciones y algunos ya advierten de que no lo suscribirán.

El líder de IU, Cayo Lara lamentó que su grupo haya sido excluido de las negociaciones y señaló que no le gustan “las mesas puestas”. Rosa Díez, de UPyD, también advirtió de que no se va a sumar a ningún pacto para hacer el “paripé” y “aparentar” una pluralidad que nunca ha existido.

El PNV ha anunciado que no firmará el pacto y que cuando se vote su admisión a trámite votará en contra o se abstendrá, entre otros motivos porque contempla la prisión permanente revisable. En CiU recuerdan que su secretario general, Ramón Espadaler, ya anunció que no lo firmarán por no haber estado en las negociaciones desde el principio, aunque ven probable apoyar el texto en su tramitación, añadiendo las enmiendas que consideren oportunas.

Combatientes extranjeros. Además de la prisión permanente revisable, el pacto PP-PSOE incluye la tipificación de la figura de los combatientes extranjeros, esto es, los ciudadanos comunitarios que parten a Siria y otras zonas en conflicto para sumarse a las filas yihadistas y regresan a la UE radicalizados.

Acceso a Internet. También se contempla el acceso a internet como instrumento fundamental para la difusión de la doctrina yihadista, incitación al odio y a la comisión de delitos, el reclutamiento y la financiación de yihadistas.