Sevilla - El PSOE trata de cerrar filas respecto al Susanazo, que es como la oposición califica la decisión de la presidenta de la Junta de Andalucía de adelantar las elecciones autonómicas al próximo 22 de marzo desde una óptica diametralmente opuesta al razonamiento que ayer dio la dirigente socialista, que aludió a la necesidad de otorgar “la palabra a los ciudadanos en busca de estabilidad”. Díaz, que desde luego pretende reforzar su mayoría y detener el avance de Podemos, da un paso que para la oposición obedece, sin embargo, a su intención de cortar de raíz el liderazgo de Pedro Sánchez en Ferraz de forma que una victoria holgada en los comicios la propulse a ella, o a un tapado, de cara a las primarias y a desbancar a su actual secretario general. La presidenta andaluza reseñó que el pacto con IU “se había convertido para algunos en un obstáculo”, acusando a su hasta ahora socio de gobierno de haber dado “un giro radical” desde el pasado otoño, no tanto por parte de la dirección andaluza sino de la dirección federal del partido. Es decir, aunque no lo mencionó expresamente, puso el foco en Alberto Garzón, futuro candidato de la federación de izquierdas, al entender que está esbozando una estrategia de convergencia con Podemos.
Díaz atajó de nuevo el debate acerca de que este adelanto pueda estar relacionado con su interés personal de acudir a las primarias socialistas de julio para elegir candidato a la presidencia del Gobierno español, objetivo que ya descartó el pasado fin de semana y que recalcó ayer con un “yo quiero estar aquí, en Andalucía”. Pero desde algunos sectores sostienen que la presidenta puede guardarse un as bajo la manga, de manera que no sea ella quien presente finalmente batalla a Sánchez, sino auspiciando a otro candidato, como en su día hizo con el propio político madrileño cuando disputó a Eduardo Madina la Secretaría General, y que en este caso pudiera ser Carme Chacón, quien no ha desvelado aún sus intenciones. Chacón se está dejando ver ante los medios de comunicación, al igual que el expresidente Rodríguez Zapatero, poco afín a Sánchez. El actual secretario cuenta, eso sí, con el respaldo del PSE de Idoia Mendia. Un triunfo de Díaz ante Podemos a dos meses de las elecciones municipales fortalecería su figura dentro del partido en Madrid, en un momento en el que la formación de Pablo Iglesias le está pasando por la izquierda, y muy por encima, en las encuestas.
Contundente se mostró el vicesecretario del PP, Esteban González Pons, quien aseguró que “estamos ante un Susanazo en toda la cabeza de Pedro Sánchez, cuando el dinero de los contribuyentes deberíamos gastarlo mejor y no para resolver los problemas internos del PSOE”. El presidente del PP andaluz, Juanma Moreno, consideró “un error” la convocatoria electoral y descartó que se deba a una ruptura del pacto de gobierno porque “como prueba evidente IU nunca ha dejado de votar conjuntamente con el PSOE. Aquí pesan los intereses claramente personales de la señora Díaz, que compite con Sánchez”, ya que “desde hace cinco o seis meses no ha dejado de estar presente en la política nacional” así como en “conspiraciones permanentes en el entorno de Ferraz”. Paralelamente, el diputado de IU, Alberto Garzón, criticó las “cacicadas” socialistas en Andalucía y se preguntó por la posible “casualidad” de que su formación haya exigido investigar la posible corrupción en los cursos de formación en la comunidad, y que, pocos días después, Díaz haya decidido “romper” el pacto cesando a los tres consejeros de IU. El coordinador federal de esta formación, Cayo Lara, también tachó de “irresponsable” la postura de Díaz, que responde a “cálculos electoralistas”, comparando las decisiones del PSOE andaluz con el camino que emprendió el Pasok griego y que le ha llevado “a desaparecer del mapa político” heleno.
Sánchez se reivindica Desde Ferraz trataron de echar un capote a la presidenta andaluza al señalar que Pedro Sánchez estará “a su entera disposición” para poder seguir siendo una alternativa de política diferente, también a nivel autonómico”. “Sus elecciones son las nuestras y yo voy a estar muy volcado en ayudar en todo lo posible para ganar esas elecciones”, zanjó el propio secretario general, cuyo crédito interno se ha deteriorado en apenas unos meses, y que ayer mismo volvió a reivindicar su estatus dentro del PSOE gracias al voto de la militancia. Sánchez sacó pecho por la “legitimidad” que esta le otorgó y apeló a la “responsabilidad de todos los dirigentes del PSOE” para que estén “a la altura” y se produzca “un cambio” que el país necesita.
Pese a referirse a la “magnífica relación” personal y política que mantiene con Díaz, e incluso afirmando que es una de las líderes de su partido con cuyas políticas más se identifica, el líder del socialismo español puntualizó que para analizar la situación interna del PSOE ahora hay que “tener en cuenta” el cambio de su cultura política que se produjo en 2014 con la introducción del voto directo de la militancia para elegir a su secretario general. “En las últimas semanas he recibido cientos de correos, mensajes y llamadas de muchos militantes de base”, constató Sánchez, cuyo desafío con Díaz irrumpirá si él no logra remontar en los sondeos, o si esta consigue en Andalucía un resultado del que poder hacer gala.