madrid - El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ya ha tenido ocasión de debatir cara a cara y en privado con el PNV sobre el modelo de Estado. Primero se reunió con el portavoz jeltzale en el Congreso, Aitor Esteban, y la semana pasada departió con el presidente del partido, Andoni Ortuzar. Que el socialismo coincida en que el modelo autonómico debe reformarse ante los problemas de encaje de las nacionalidades históricas ya es un dato a tener en consideración por parte del PNV, que se está topando con un muro cada vez que plantea iniciativas similares al PP o en cada ocasión que pide a Mariano Rajoy que no invada las competencias vascas. El socialismo, de hecho, coincide en denunciar la recentralización del Gobierno español. Aunque dos de sus líderes hayan dialogado al respecto con Sánchez, los jeltzales no han conseguido aclarar qué pretende el PSOE con la reforma federal de la Constitución, quizás porque se haya podido desdibujar, ya que se pospondrá hasta la próxima legislatura visto que la mayoría absoluta del PP en el Congreso vetará cualquier intento de explorarla antes de las elecciones generales de finales de año. Además, el PSOE parece focalizar su propuesta en Catalunya para detener el proceso independentista. De hecho, Sánchez se ha reunido ya con el president Artur Mas pero, según ha podido saber este diario, aún “no hay fecha” para el encuentro con el lehendakari Urkullu. Ambos hablaron por teléfono el 2 de agosto y compartieron su interés en reunirse próximamente, aunque no ha habido avances. La dilación podría no tener mayor trasfondo, ya que la cita con Ortuzar se retrasó más de lo previsto pero en buena medida por razones de agenda.

Algunos sectores del socialismo, según medios estatales, están comenzando a socavar el liderazgo de Sánchez, en la creencia de que no será el candidato adecuado para aupar al PSOE al Gobierno español. En ese complicado contexto y con su figura discutida, Sánchez sigue con su agenda pública. En sus reuniones con los jeltzales, también abordó la paz.

En esa materia, está pendiente que Sortu presente su reformulación del suelo ético, los principios en los que se sustentan los trabajos de la ahora paralizada Ponencia de Paz. El objetivo pasaría por atraer al PSE, que pide reconocer la injusticia de la violencia. Sortu debe convencer al PSE, pero pedirá consejo al PNV para saber si la reformulación tiene visos de ser vista con buenos ojos por el socialismo. Quedaron en reunirse a principios de este año en el marco de sus relaciones normalizadas, y no solo para hablar del suelo ético, pero el encuentro no se ha celebrado aún, según ha podido saber este periódico. Todo apuntaba a que el texto se presentaría en enero, aunque la izquierda abertzale se ha volcado en las últimas jornadas en su propuesta de vía vasca por el derecho a decidir.