MADRID - La crítica unánime de la oposición es que trata del Código Penal “del PP”, de una legislación partidista que permite en la práctica la cadena perpetua en el Estado español bajo la figura de la prisión permanente revisable. Así, una vez más, el PP de Mariano Rajoy echó mano ayer de su mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados para sacar adelante en solitario el polémico Código Penal, que a falta del último trámite en el Senado se convierte en una de las leyes más criticadas de la legislatura de Rajoy, no solo por los partidos de la oposición sino por gran parte de los juristas españoles y de asociaciones de derechos humanos.
El nuevo Código Penal introduce el aumento generalizado de las penas y, en lo que se refiere a los delitos más graves, permite el internamiento de por vida en la cárcel aunque se revise el cumplimiento de la condena a los 25 o 35 años para verificar si el pronóstico es favorable a la reinserción social. Esta pena podrá ser impuesta en casos de excepcional gravedad, como los delitos de terrorismo, el homicidio del rey o su heredero, de jefes de Estado extranjeros, genocidio, asesinatos en serie, cometidos en el seno de una organización criminal o contra menores de 16 años o personas especialmente vulnerables.
El debate de ayer en el pleno del Congreso no introdujo novedades en las posiciones ya conocidas por parte de las formaciones políticas ante el proyecto estrella del Ministerio de Justicia y que es heredero del anterior ministro, Alberto Ruiz-Gallardón. Los partidos de la oposición criticaron la reforma tanto por su fondo, que consideran “represivo, populista e innecesario”, como por su forma, al denunciar un “atropello” en su tramitación.
La incorporación de la prisión permanente revisable, la elevación de la edad de consentimiento sexual que pasa de los 13 a los 16 años, así como la “escasa” e “insuficiente” regulación del paquete de medidas de lucha contra la corrupción centraron ayer las críticas de los grupos a la reforma, .
Frente a las duras críticas de los grupos a la prisión permanente revisable, Leopoldo Barreda (PP) defendió la constitucionalidad de esta figura ante la “caricatura penal de la oposición, que pretende confundirla con la cadena perpetua”. Fundamentó su defensa no solo en que el Consejo General del Poder Judicial y el Consejo de Estado han avalado esta pena, sino que es “la propia sociedad la que exige que no sea igual matar a uno que a veinte”. No obstante, los grupos lamentaron que la iniciativa supone un obstáculo a la reinserción del penado. “Es totalmente incompatible”, manifestó el socialista Julio Villarrubia que alertó del carácter “imprevisible” de esta figura. Y es que los partidos inciden en la falta de seguridad jurídica de la norma por cuanto el recluso no sabe cuándo saldrá de prisión. “El PP quiere que se pudran porque no cree en la reinserción social”, denunció por su parte Gaspar Llazamares, de la Izquierda Plural. “No hay nada revisable en esa prisión permanente, es un monumento a la chapuza”, sentenció. Coinciden en tal apreciación CiU y PNV. “Es imposible resocializar”, resumió el representante del PNV Emilio Olabarria.
Por el contrario para el popular Barreda, la mediada se equipara a otros países de la Unión Europea que ya tienen incorporada esa cadena perpetua revisable. Sin embargo en países como Alemania e Italia en los que está vigente esa pena, esta se compatibiliza con revisiones obligatorias de condena que permiten la excarcelación anticipada, cuestión que según los partidos de la oposición no se garantiza suficientemente en el texto aprobado ayer por el PP.
Nueva doctrina parot Olabarria también advirtió de la “orientación conservadora” del texto, que establece una “nueva doctrina Parot”, no valora el perdón pedido por terroristas desvinculados de la organización y “endurece la excarcelación de enfermos graves”. Rosa Díez (UPyD) se dirigió al ministro Rafael Catalá, para preguntarle si no le “ha entrado alguna duda” ante una medida que tiene un gran rechazo social, incluido el de la recién nombrada fiscal general del Estado, Consuelo Madrigal.