CÁDIZ. En declaraciones a los periodistas, Díaz ha asegurado que la reunión convocada para mañana martes con los secretarios generales del PSOE-A "forma parte del inicio del curso político", negando que su objeto principal sea el de abordar un posible adelanto electoral.

No obstante, ha admitido que en el transcurso de la reunión compartirá con sus compañeros la "necesidad" de dotar al Gobierno autonómico de una mayor "estabilidad" para "dar respuesta a los problemas de la gente".

En este sentido, ha advertido de que los andaluces "necesitan un Gobierno con fuerza y solidez" y que además no esté pendiente de "cuestiones internas", algo que espera sean capaces de "entender" sus socios de IULV-CA.

No en vano, Díaz tiene claro que "antes de que una fuerza política" decida "sobre el futuro de Andalucía" está dispuesta a dar la "palabra" a los propios ciudadanos.

La presidenta de la Junta de Andalucía entiende que es IULV-CA la que debe saber "si está en condiciones de garantizar" esa "estabilidad" a la que se ha referido, una solidez de la que "evidentemente" carece el actual Ejecutivo.

Susana Díaz ha retado a sus socios de Gobierno a "abrir" vías de "diálogo" en estos próximos días, aunque ha aprovechado la ocasión para reprochar actitud del diputado Alberto Garzón, que cuando acude a Andalucía lo hace "para insultar" al Ejecutivo y "no poner en valor" la "esperanza" que representa "para mucha gente".

La presidenta ha advertido además de que no quiere que la Comunidad autónoma asista al "espectáculo" que a su juicio "se ha vivido en Cataluña" en estos últimos meses, con dos socios de gobierno siendo partícipes de "un sainete" en el que pretendían dirimir "cuál de los dos tenía la hegemonía soberanista e independentista".

Eso "no es lo que merece la gente" y por este motivo Susana Díaz no está dispuesta a que Andalucía viva un episodio de esas características, que impediría que el Gobierno se centrase en "atender los problemas de los ciudadanos".

La presidenta ha considerado "distinta" la polémica surgida por el deseo del vicepresidente, Diego Valderas, de visitar los campos de refugiados del Sahara, algo a lo que ella misma se ha negado.

En este caso, Díaz ha dejado claro que la Administración autonómica "no va a regatear ni recortar un solo euro" en las iniciativas de cooperación con el pueblo saharaui, recordando que el Gobierno andaluz "siempre ha sido solidario" con los refugiados.

Eso no evita que se reconozca por otra parte que estamos "en un momento difícil" en el que resulta necesario otorgar mucha importancia a la seguridad de las personas.

En ese sentido, Marruecos "es el aliado estable que tienen España y Europa" ante un problema que todos ven y perciben y de ahí que no deba ser Andalucía "quien provoque un conflicto internacional estando a 14 kilómetros" de este socio.