Moscú - El este de Ucrania entrará en el nuevo año sin dar pasos en favor de la paz después de que la tercera ronda de negociaciones entre Kiev y los separatistas prorrusos fuera cancelada ayer incluso antes de celebrar su segunda reunión programada para el viernes en Minsk. Tras mantener hace tres días un encuentro prácticamente estéril, con el único acuerdo de intercambiar a 150 soldados ucranianos por 225 prisioneros rebeldes, el diálogo se ha vuelto a frustrar a pesar de los esfuerzos de la comunidad internacional.
La reunión convocada para ayer en el formato del Grupo de Contacto de Minsk, en el que Kiev y separatistas dialogan con mediación de Rusia y la OSCE, fue cancelada después de que las partes se acusaran de incumplir lo acordado anteriormente y también de violar la enésima tregua, en vigor desde el pasado día 9. “Kiev ha violado la tregua y ha reanudado el empleo de artillería pesada contra las localidades de la (autoproclamada) república popular de Donetsk. Seguramente, hemos entrado en una nueva escalada del conflicto”, dijo a la agencia rusa Interfax un miembro de la delegación separatista.
El líder de los insurgentes de Donetsk, Alexandr Zajarchenko, insinuó el jueves que las fuerzas ucranianas preparan una nueva ofensiva para recuperar los territorios controlados por los prorrusos. “Puede que sea (una etapa de confrontación) larga y pasará mucho tiempo antes de que veamos una nueva tregua”, advirtió. “Los representantes de las repúblicas popular de Donetsk y Lugansk no tomaremos parte en las negociaciones de este viernes”, anunció el negociador jefe de los sublevados de Lugansk, Vladislav Deinego, citado por las agencias rusas.
Canje de prisioneros No obstante, las autoridades ucranianas y los separatistas prorrusos procedieron horas después de cancelas las conversaciones de paz a un intercambio de prisioneros de guerra. Según informó la agencia rusa Interfax, Kiev canjeó a 150 soldados gubernamentales por 222 milicianos separatistas de la autoproclamada república popular de Donetsk en territorio neutral.
El canje fue presidido por el emisario de Kiev, Victor Medvedchuk, y el ministro de Defensa de la autoproclamada república popular de Donetsk, Vladimir Kononov, así como por representantes de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. El intercambio de prisioneros -bajo la fórmula 225x150- fue el único acuerdo alcanzado en la reunión celebrada por Kiev y los separatistas el miércoles en Minsk, escenario de la firma de los acuerdos de paz en septiembre pasado. Las autoridades separatistas informaron de que aquellos prisioneros de guerra ucranianos que prefieran quedarse a vivir en zona rebelde recibirán vivienda y un puesto de trabajo.
Mientras, una representantes de la vecina autoproclamada república popular de Lugansk, Daria Morozovz, explicó a la agencia oficial rusa TASS que un canje similar de prisioneros entre ese ente secesionista prorruso y el Gobierno de Kiev tendrá lugar hoy sábado
Con la salvedad del intercambio de prisioneros, el miércoles no se alcanzó ningún acuerdo en firme sobre el resto de la agenda anunciada por la OSCE antes de la reunión, en particular la retirada del armamento pesado de la línea de contacto entre los dos bandos y la apertura de corredores humanitarios.
Aunque el repliegue del armamento pesado y la creación de una zona de seguridad de 30 kilómetros fueron sellados en el Memorándum de Minsk el pasado 19 de septiembre, más de tres meses después siguen sin ser una realidad.
El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania subrayó ayer que comenzará a retirar su artillería del frente únicamente cuando transcurran al menos 48 horas seguidas de alto el fuego.
Además, tanto Kiev como los separatistas quisieron imponer su propia agenda para la tercera ronda de negociaciones, convocada después de tres meses de parón tras las dos anteriores celebradas en septiembre. Así, los insurgentes exigieron a las autoridades ucranianas el fin al bloqueo económico de las zonas controladas por los rebeldes y la entrada en vigor de un estatus especial para esos territorios, acordado en anteriores rondas negociadoras.
A su vez, para Kiev la principal cuestión es el cumplimiento de los acuerdos firmados en septiembre, incluidos la supervisión internacional de la tregua y el control de los tramos de la frontera ruso-ucraniana en manos de los prorrusos.
Kiev, que culpa a Moscú de apoyar a los insurgentes con armas e incluso tropas, señala que la catástrofe humanitaria en las zonas rebeldes se resolverá en cuanto el Gobierno central recupere el pleno control de Donetsk y Lugansk.
Por ahora, y a pesar de que desde el pasado día 9 rige una nueva tregua entre las fuerzas de Kiev y los separatistas, los dos bandos se acusan de continuas violaciones del alto el fuego. Casi 5.000 personas, entre civiles y combatientes, han muerto en el este de Ucrania desde mediados del pasado mes de abril, según la ONU.
Enésima tregua. El conflicto entre las fuerzas de Kiev e insurgentes va experimentando sucesivos altos el fuego abortados. Pese a que desde el día 9 rige una nueva tregua entre ambos, los dos bandos se acusan de continuas violaciones de la misma.
Canje. Los separatistas y el Gobierno de Ucrania cumplieron el único acuerdo alcanzado el miércoles en Minsk para intercambiar 150 soldados ucranianos por 225 rebeldes. Hoy habrá otro canje similar.
Memorándum de Minsk. Aunque el repliegue del armamento pesado y la creación de una zona de seguridad de 30 kilómetros fue sellado en el Memorándum de Minsk el 20 de septiembre, más de tres meses después este acuerdo sigue sin ser una realidad.
Catástrofe humanitaria. Casi 5.000 personas, entre civiles y combatientes, han muerto en el este de Ucrania desde mediados del mes de abril, según la ONU.