Donostia - Los portavoces del colectivo de familiares y allegados de presos de ETA Etxerat acusaron a los estados francés y español de estar “urdiendo una trampa legal”, que “atenta” contra la directiva europea que pretende “acercar” a los presos de ETA “a su entorno natural, a su cultura, a sus entorno social”, para trasladarlos, por el contrario, a “Andalucía, a Algeciras, por ejemplo”, manteniendo así la política dispersión.

En una rueda de prensa en la Casa de la Paz de San Sebastián para presentar el anuario de Etxerat, los portavoces Urtzi Errazkin y Maider Alustiza cifraron en 463 los “presos políticos que están, a día de hoy, en cárceles de España, Francia, Inglaterra, Portugal y Alemania”. En el Estado español hay “356 presos dispersados en 44 cárceles”, mientras que en Francia “son 98 los que cumplen condena, dispersados en 28 cárceles”.

“Denunciamos una política de venganza con datos ya que el 42% de los presos están dispersados a entre 800 y 1.100 kilómetros de sus localidades, 194 en total; y el 37% a entre 500 y 790 kilómetros de sus casas”, destacaron. Censuraron que nueve presos de ETA están en prisión pese a estar “gravemente enfermos” y, como ejemplos, citaron, entre otros, a Ibon Fernández Iradi que padece esclerosis múltiple o Ibon Iparragirre, enfermo de sida.

Tras denunciar que 2014 ha sido un año “muy negro” para los familiares y allegados de los reclusos de la banda, recordaron que en febrero murió “Arkaitz Bellon cuando le quedaban unos meses para cumplir su pena en las cárceles de Algeciras, Puerto I y Sevilla”.

El drama de los viajes También recordaron que se han contabilizado “diez accidentes de tráfico provocados por la dispersión”, lo que supone “uno por cada 36 días de camino a las cárceles”, de lo cual responsabilizan“a la clase política”.

Errazkin apuntó que, si se aplicara la ley, los presos de ETA “tendrían que estar en Euskal Herria”, por lo que ha pedido “el fin de la legislación de excepción” que les aplica. Alustiza también denunció “los cacheos, seguimientos, controles y molestias” a los familiares de los presos en las visitas a éstos y se preguntado “por qué tienen que aguantar eso”. - Efe