Pamplona - José Javier Esparza Abaurrea, consejero de Administración Local, Desarrollo Rural y Medio Ambiente, mostró ayer su voluntad de liderar la candidatura de UPN en las próximas elecciones forales, aspiración que ahora formalizará ante el comité de listas. El nombre de Esparza, de momento el único que ha dado el paso, circulaba dentro del partido como una de las opciones más probables para sustituir a Yolanda Barcina. El anuncio sin embargo se produce antes incluso de que se abra el plazo oficial para presentar candidaturas, que se inicia hoy y finaliza el próximo lunes día 24, lo que causó cierta sorpresa ayer tanto en el partido como en el propio Gobierno.

Esparza confirmó sus aspiraciones en una comparecencia improvisada ante la prensa en la puerta de su departamento, convocada con una hora de antelación. Suficiente en cualquier caso para realizar una breve declaración confirmando sus intenciones. El consejero explicó así, a preguntas de los periodistas, que da el paso tras haber sentido el apoyo de una parte importante del partido, así como de organizaciones ajenas a UPN. Se presentó como un candidato independiente con un proyecto propio, evitando posibles vinculaciones tanto con Miguel Sanz como con Yolanda Barcina, cuya continuidad dijo no representar. Y se mostró confiado en poder recuperar los acuerdos con el PSN como garantía para la continuidad de UPN en el poder. Todo, no obstante, plagado de condicionales, matizando que se trata de un primer paso que ahora deben confirmar los órganos del partido, por lo que nada es definitivo todavía.

Un proceso largo Esparza incluso se mostró dispuesto a concurrir en unas primarias si ese es el procedimiento elegido, aunque evitó posicionarse sobre el tenso debate de si los estatutos permiten o no consultar a los afiliados una decisión de la transcendencia de la elección del candidato. Eso, dijo, lo decidirán los órganos internos.

La demanda en todo caso sigue presente en un sector del partido, que en público y por escrito ha reclamado a la dirección la convocatoria de una asamblea extraordinaria que permita a todos los militantes decidir. Algo que de momento sigue encontrando un no rotundo que no será fácil de corregir antes del próximo 29 de noviembre, fecha elegida para que el consejo político elija al futuro cabeza de lista entre los posibles aspirantes.

Pero aunque solo Esparza ha dado el paso, no es descartable otros candidatos. Algo que va a depender de las múltiples reuniones, llamadas y mensajes que estos días se cruzan en uno y otro lado del partido. La corriente de opinión interna crítica con Barcina insiste en la necesidad de una elección directa por parte de los afiliados, y aunque no concretado ninguna alternativa -Amelia Salanueva la condiciona a la celebración de primarias-, queda tiempo para que esta pueda cristalizar.

Lo que sí parece es que el sector oficial se aglutinará ahora detrás de Esparza. Que si bien no forma parte del círculo de confianza más cercano de Barcina, con el anuncio de ayer cierra el paso a las posibles aspiraciones de los principales colaboradores de la presidenta. Argumento al que recurrían ayer algunos en UPN para explicar el repentino anuncio de Esparza, que obliga al núcleo duro del Palacio de Navarra a aceptar hechos consumados o llevar un nombre alternativo al consejo político, lo que no deja de ser una arriesgada operación. Ayer Barcina se limitó a prometer “imparcialidad total con todos los candidatos”.