La conferencia de Berlín sobre los refugiados sirios actuó ayer de correa de transmisión del clamor de los países vecinos de Siria, desbordados por millones de desplazados generados por el conflicto civil o el acoso del yihadismo y ante la amenaza de una catástrofe humanitaria con la irrupción del invierno. Líbano, con el mayor contingente de refugiados sirios acogidos dentro de sus fronteras, seguido de Turquía y Jordania, llevaron a Alemania su demanda de auxilio a la comunidad internacional, además de la advertencia de que la situación no se resolverá mientras Siria siga en guerra.
“Urgen compromisos de ayuda financiera a países como el Líbano, al límite de sus capacidades y sobrecargado por unos 1,5 millones de refugiados”, afirmó el ministro de Exteriores libanés, Gebran Bassil, al término de la conferencia, que reunió en la capital alemana a representantes de 40 países.
“El drama de los millones de refugiados no se resolverá mientras Siria siga en guerra. Y, mientras esa sea la situación, los países árabes moderados, como Jordania, estarán afrontando el avance del terrorismo”, apuntó su colega jordano, Nasser Judeh.
Ambos titulares de Exteriores plasmaron así la situación que viven los vecinos de Siria, en una conferencia de carácter más simbólico que de efectos prácticos y que habían abierto unas horas antes el primer ministro libanés, Tamam Salam, y el alto comisionado de la ONU para los Refugiados, Antonio Guterres.
La cita en Alemania estaba auspiciada por el Gobierno de Angela Merkel, país que acoge el mayor número de refugiados sirios de la Unión Europea -unos 70.000-, y se convocó tras una visita al Líbano su titular de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier. Su apertura se desarrolló entre compromisos de solidaridad por parte del ministro de Exteriores y su colega de Ayuda al Desarrollo, Gerd Müller, y, a su término, la única concreción en cifras de esos apoyos fueron los 500 millones de euros -en tres años- anunciados por Berlín como nueva partida de ayuda humanitaria a los refugiados.
Más allá del aporte económico o de la acogida de refugiados en territorio alemán, Steinmeier se hizo eco del “legítimo clamor” lanzado por el Líbano, Jordania o Turquía al resto de la comunidad internacional, en busca de ayuda. Sólo el Líbano, país con 4,5 millones de habitantes, acoge ya a un millón y medio de sirios, recordó Steinmeier.
Al enorme peso sobre un país, azotado por sus propios conflictos y que ha visto ampliada en casi un tercio su población, se unen Jordania, con más de 600.000 refugiados registrados, y Turquía, con 1,5 millones de sirios huidos tras el estallido del conflicto civil, primero, o ante el acoso del yihadista Estado Islámico (EI), ahora. Se calcula que cerca de la mitad de la población siria -unos 22 millones de personas- ha dejado sus hogares en los últimos tres años. Entre tres y cinco millones de estos desplazados han huido hacia países vecinos, mientras que el resto se encuentra en Siria, pero no en las regiones donde tenían su casa.