Bilbao - Tras haberse distanciado en los últimos meses y haber chocado en público por la posición de los presos ante el nuevo tiempo, PNV y Sortu se reunieron ayer en Sabin Etxea para darse una oportunidad, tratar de reconducir su relación y explorar la posibilidad de llegar a acuerdos sobre paz y autogobierno. Su interlocución ha atravesado tradicionalmente por varios altibajos, en buena medida porque se disputan la hegemonía dentro del electorado abertzale y porque son las dos únicas formaciones con opciones reales de gobernar en Euskadi. Es previsible que vuelvan a surgir roces teniendo en cuenta el bloqueo en la gestión de la paz, ya que ese parón propicia que el PNV multiplique sus llamamientos a Madrid, ETA y la izquierda abertzale, y que incomode así de alguna manera a Sortu; pero también podrían provocar tiranteces las acusaciones de Sortu a los jeltzales por la “privatización” de Kutxabank, y por el naufragio de Epsilon e Hiriko, dos proyectos automovilísticos financiados con dinero público. Todo ello, en puertas de las elecciones municipales y forales de 2015. Ninguna de las dos formaciones ocultó ayer las diferencias que aún las separan, pero apostaron por hacer un esfuerzo para explorar eventuales acuerdos, y la “muy cordial” y extensa reunión de dos horas y cuarenta y cinco minutos en la sede jeltzale probaría la voluntad de ambas.

PNV y Sortu mantuvieron un encuentro en tono constructivo y positivo desde las 9.00 a las 11.45 horas, y pusieron sobre la mesa un compromiso de buena voluntad. El ambiente fue incluso mejor que en anteriores citas. Analizaron sus coincidencias y discrepancias, acordaron volver a citarse a partir de septiembre para no dejar morir su interlocución -no se forjó ningún otro pacto al margen de ese compromiso- y, al término del encuentro, no emitieron una nota conjunta pero sí consensuaron los contenidos de cada uno de sus comunicados. No se tomaron fotografías porque así lo acordaron ambas partes. Aunque no sea posible anticipar el recorrido de la nueva vía, al menos los dos principales partidos de la CAV contarán a partir de ahora con un cauce de comunicación normalizado. Al encuentro acudieron el líder del PNV, Andoni Ortuzar, y el burukide Joseba Aurrekoetxea. Por parte de Sortu, asistieron su presidente, Hasier Arraiz, y Rufi Etxeberria.

El PNV tratará de recomponer su relación con Sortu, mientras sus relaciones con el PSE siguen engrasadas y la comisión de seguimiento de su pacto global se reúne mensualmente. El único partido con el que los puentes siguen rotos es el PP de Arantza Quiroga. Sí hay relación, por el contrario, con los populares de Madrid.

Retos PNV y Sortu se han decantado por allanar su relación mientras Euskadi se asoma a un ciclo intenso con el cierre de la violencia y la búsqueda de un nuevo estatus en el horizonte, dos retos que precisan grandes consensos. Además, en materia de paz, los jeltzales están convencidos de que, si hay que dar pasos, deberán darse ya, antes de entrar en el ciclo electoral de 2015, porque la pelea en campaña impedirá avanzar. Se trataría de dar un empujón cuanto antes al nuevo tiempo. Más allá de la paz, el PNV animó en su nota de prensa al resto de partidos a actuar con “generosidad”, y señaló que el nuevo curso que arrancará en septiembre brinda una nueva oportunidad para intensificar el diálogo multilateral sin exclusiones y abordar los problemas de la sociedad vasca. Los jeltzales no quieren volver a la política de frentes. La interlocución también tendría ventajas para Sortu, que de otra forma podría correr el riesgo de quedar aislada en un momento en que todos los partidos están redoblando sus exigencias para que dé pasos unilaterales en materia de convivencia. La reunión se celebró a petición de Hasier Arraiz.

En su nota, Sortu relató que ayer se intentaron asentar las bases “para un posible trabajo en común siendo conscientes de las dificultades existentes”, y destacó la importancia de “acceder a un mínimo nivel de confianza mutua y mejorar la comunicación entre ambas partes” antes de dar otros pasos. El PNV centró las materias susceptibles de acuerdo al aludir a la paz y el nuevo estatus de autogobierno. No citó la economía, un terreno prioritario para el Gobierno de Urkullu pero donde la izquierda abertzale no ha dado tregua a los jeltzales y el acuerdo parece más complicado dada la divergencia de sus modelos. En su comunicado, el PNV explicó que los dos partidos exploran vías de diálogo político que contribuyan a la normalización de Euskadi y al reconocimiento de su identidad nacional. Aunque constataron sus diferencias, creen que la sociedad vasca “se merece hacer el esfuerzo de intentar llegar a puntos de acuerdo suficientes para avanzar” en paz y autogobierno.