bilbao - Desde el año pasado ha disfrutado de varios permisos que le han permitido salir de la prisión de Zaballa durante unos pocos días, el último hace una semana. Pese a que lo ha reflexionado mucho entre las paredes de la cárcel, sus salidas le han permitido ver el abismo entre la vida real y a la que hasta hace década y media estaba abrazado

¿Qué le han supuesto los permisos de los que ha disfrutado?

-Después de tantos años de cárcel. con una larga condena, me había acostumbrado a vivir sin pensar en salir. Lo veía tan lejos aún que ni me lo planteaba. Al salir lo que me impactó fue que estaba en la calle con mi familia, ver que eso era posible. Algo en lo que desde dentro no quería ni ponerme a pensar.

¿Han cambiado mucho las cosas en la calle respecto a antes de su ingreso en prisión?

-Han sido 32 años desde que me fui de casa. Así que he notado cambios en el paisaje, barrios nuevos... pero eso es lo de menos. La impresión más fuerte ha sido al encontrarme con la gente que conocía y que, ahora, hasta que paso un rato hablando con ellos, en la mayoría de los casos no les reconozco. Y a otro nivel, aunque ya era consciente antes, a menudo me pregunto cómo es posible que haya tanta desproporción entre la realidad que se vive en nuestra sociedad y el mundo en el que nosotros hemos vivido. - H.U.