Las dos almas del PSOE, la teórica y la práctica, visualizarán hoy la contradicción que tiene atrapado al socialismo español en uno de sus laberintos, esta vez la disyuntiva entre su, a priori, sentimiento republicano y su respaldo a la ley de abdicación del rey Juan Carlos. Todo apunta a que su secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, salvará los muebles en puertas de la despedida con un mayoritario sí del que previsiblemente se desvincularán a lo sumo dos diputados, entre ellos Odón Elorza, a quien ayer el expresidente extremeño Rodríguez Ibarra conminó a que antes de posicionarse en contra o abstenerse mejor que "dimitiera" porque, según razonó en declaraciones a La Sexta, "no le necesitamos". Cruce dialéctico que ejemplifica el escenario en que está sumido el partido, aunque su líder se congratule de que "el 99%" secundará el voto favorable que ha enarbolado tras el pacto que ha cocinado junto al PP en esta materia.
Tres horas duró el debate interno en el Grupo Socialista, donde Elorza, el menorquín Guillem García Gasulla y el alicantino Federico Buyolo reclamaron formalmente la libertad de voto en el proceso que sirve de prólogo a la proclamación de Felipe VI como nuevo monarca, aunque finalmente este último diputado se avino a apoyar la ley. En una cita donde se aplaudió fervientemente el discurso promonárquico de Alfonso Guerra, destacó la intervención del madrileño Pedro Sánchez -posible candidato a suceder a Rubalcaba-, que dirá sí "por coherencia y porque defiendo la Constitución", al margen de que el PSOE entiende que lo de hoy es un simple "camino jurídico" independiente del dilema entre monarquía y república. Como la votación, gracias a la fórmula gestada por la Izquierda Plural, será a viva voz, quedarán retratados los posibles díscolos, que se enfrentarán a una multa de 400 euros. En el Senado, donde el debate tendrá lugar el próximo martes, se hará de manera electrónica.
Eduardo Madina, máximo aspirante a regir los destinos del socialismo español tras la espantada de Susana Díaz, aprovechó para declararse republicano y airear su confianza en que el debate del modelo de Estado se reproduzca en un futuro, "y que la Constitución, que necesita cambios, los tenga en profundidad y que sean de consenso, de fortalecimiento institucional, de avances y modernización", argumentó. Es más, añadió que ser republicano le ha "enseñado a comprender los consensos fundamentales para la convivencia en democracia".
La mayoría de los 110 diputados y 63 senadores socialistas aludió a las resoluciones de la última Conferencia Política, admitiendo la posibilidad de debatir la posición ante el modelo de Estado, pero planteándola en un congreso federal o similar encuentro. En un extremo se situó Ramón Jáuregui, quien aseguró que el partido nunca cambiará su posición por este asunto. Buyolo, aunque claudicó ante la tesis oficial, señaló que seguirá "trabajando hasta el final para que se produzca ese cambio y los ciudadanos hablen y opinen". Por su parte, Elorza consideró que su postura tiene "toda la lógica" al ser la que mejor representa el sentir "diverso y plural" de las sensibilidades que hay entre la militancia y el electorado socialista, por lo que votará "en conciencia".
En definitiva, en una jornada que arrancará a las 9.00 horas, se calcula que alrededor de 300 parlamentarios de PSOE, PP, UPyD, Foro y UPN avalarán el proyecto de ley, mientras que lo rechazarán los 19 diputados de Izquierda Plural, ERC, BNG, Compromís-Equo, Geroa Bai y Nueva Canarias. PNV, CiU y Coalición Canaria optarán por la abstención, mientras que Amaiur participará en la sesión plenaria pero después abandonará el hemiciclo sin votar.