Bilbao - La cadena humana por el derecho a decidir que cosió Hegoalde el pasado domingo triplicó sus previsiones iniciales, ya que logró congregar a 150.000 personas frente a las 50.000 adhesiones que había reclamado la organización en un primer momento para poder cubrir holgadamente el recorrido. Desde Gure Esku Dago han matizado que, estrictamente, su intención no pasa por interpelar a los partidos, pero podría interpretarse que la multitudinaria movilización añade cierta presión a las instituciones, y que los representantes políticos que acudieron se verán obligados a canalizar esa reivindicación de alguna manera a través de su acción en el Parlamento, máxime cuando la Ponencia de Autogobierno retomará las comparecencias mañana mismo con el resultado de la cadena humana aún fresco en la memoria. No obstante, el PNV, que no acudió como partido a la movilización aunque sí lo hicieron a título individual cargos de máxima relevancia como su presidente Andoni Ortuzar, no rediseñará su estrategia.

El partido sigue confiando en la vía de la Ponencia de Autogobierno del Parlamento, que estudia una nueva fórmula de relación entre Euskadi y el Estado; apuesta por forjar en ella amplios acuerdos, y cree que también con esa metodología jugará un papel clave el respeto a las decisiones de la ciudadanía vasca: el PNV quiere que el Estado respete el nuevo estatus que acuerde el Parlamento Vasco y que, cuando ese marco se someta a referéndum entre la ciudadanía vasca, también se respete ese resultado. No sería un debate menor, ya que el Tribunal Constitucional vetó en su día los artículos más jugosos del Estatut de Catalunya cuando ya había sido aprobado por los catalanes y por el propio Congreso. Más novedosa resulta la apuesta del PNV por que el Congreso respete lo que acuerde el Parlamento, sea un Estado libre asociado, una reforma estatutaria o lo que terminen acordando los grupos.

El partido no minimiza la cadena humana, y admite que Ortuzar estuvo cómodo en un acto sencillo y simbólico para los jeltzales. El PNV ve claro que la respuesta ciudadana fue multitudinaria, y percibe en ella una prueba de que la reivindicación del derecho a decidir existe. Sin embargo, no cree que sea nuevo porque esa reclamación ya existía antes. Además, aunque "toma nota" como partido, cree que la ciudadanía ya sabe que el PNV no tendría demasiada nota que tomar porque el derecho a decidir iría en su ADN. Los jeltzales reconocen que "la pelota está en el tejado de las instituciones", pero también ahí matizan que el PNV ya ha reabierto en el Parlamento el debate sobre el modelo de relación entre Euskadi y el Estado. El proceso se está desarrollando en la Ponencia de Autogobierno, con unos ritmos y procedimientos muy concretos. Los jeltzales creen que la ponencia es la vía adecuada, sobre todo porque aspiran a lograr el máximo consenso y no se conforman con recurrir de entrada a la mayoría abertzale. "Aspiramos al derecho a decidir, pero queremos buscar una fórmula con quien no piensa igual que nosotros. Queremos que se sumen más sensibilidades que el domingo en la cadena", puntualizan.

El partido recuerda que hubo ciudadanos que no acudieron a la cadena. Esa matización no implica que reniegue ahora del derecho a decidir. De hecho, antes de que arrancara la ponencia, tuvo algún rifirrafe con el socialista Txarli Prieto por entender que pretendía acotar el debate y vetar la discusión del derecho a decidir.

Gobierno vasco Lakua tampoco cambiará su estrategia, cree que la cadena ha constatado que existe un problema de encaje de Catalunya y Euskadi que debe resolverse, y espera que el Estado quiera negociar. La cadena podría añadir presión a las instituciones, aunque Gure Esku Dago ha matizado que no pretende interponerse en la materialización del derecho a decidir, que correspondería a los partidos. El marcaje de la ANC a Artur Mas puede ser mayor, ya que las imágenes de la vía catalana han sido más espectaculares, su socio de gobierno es ERC y además ha hecho de la consulta el eje de su programa. Por el momento, en las europeas y las encuestas, la ciudadanía habría validado el orden de prioridades del PNV. Además, proponiendo acuerdos amplios, busca a un constitucionalismo clave para el acuerdo con el Estado y para el respeto al nuevo estatus ya que, pese a la crisis del bipartidismo, PSOE y PP tienen las mayores opciones de gobernar en España.