Gasteiz - Cuba se encuentra en un proceso de actualización del modelo socialista. Se ha hablado mucho de ello en los últimos años, pero, ¿hacia dónde se dirige la isla?
-Cuba seguirá siendo un país socialista, pero un socialismo sostenible y próspero. Hay un consenso nacional y del Gobierno de que tenemos que hacer transformaciones impostergables para hacer más eficiente y productiva la economía, que incremente el crecimiento económico, mantenga las conquistas sociales de la Revolución con una base económica fuerte. Con eso, Cuba va a hacer un aporte a la alternativa socialista en la gestión de la propiedad, combinando una empresa socialista estatal con un extendido sistema de cooperativas y la administración de pequeños negocios autónomos. Las áreas donde más transformaciones se van a hacer sería en la transformación de la matriz energética -hoy en día dependemos mucho de combustibles fósiles-, hacer más eficiente la agricultura -un cuarto de la población económicamente activa se dedica a la agricultura y solo aporta el 3% del PIB- y, en el área social, enfrentar el reto del envejecimiento de la población.
¿Cuántas personas trabajan ya como autónomos? ¿Se ha logrado desinflar la plantilla del Estado?
- La cifra aproximada es 440.000 trabajadores por cuenta propia en unos 100 empleos. Estos trabajadores, en su mayoría, laboraban en aparatos estatales, estaban en plantillas que podrían considerarse infladas. Un ministerio tenía en su plantilla cuatro jardineros, por ejemplo. Ahora esos jardineros dan servicio al ministerio, pero tienen su cooperativa o trabajan por cuenta propia y le dan servicio a otros organismos. De esa forma se busca también subir la productividad.
Desde 2010, los cubanos pueden abrir negocios y comprar ciertos productos que antes tenían vetados. Sin embargo, el grueso de la población sigue cobrando en pesos cubanos, con lo que le resulta imposible aprovechar esta oportunidad y esto genera una sensación de frustración, sobre todo en los más jóvenes.
-Durante muchos años, se avanzó en un sistema que buscaba el igualitarismo, en el que había ingresos muy similares y pocas diferencias sociales. Con el tiempo, el sistema ha tenido síntomas de agotamiento, reconocemos que cada persona debe ser retribuida por los resultados de su trabajo. Cuando eso sucede así, se crean diferencias. Nuestro presidente ha dicho que los salarios no son suficientes, pero que no los podemos elevar porque endeudaríamos a las generaciones futuras y, por lo tanto, solo con la elevación de los productividad se podrán elevar los ingresos, nivelar esta diferencia que se ha creado. De todas maneras, en perspectiva mundial, la diferencia que uno encuentra en Cuba es muy pequeña comparada con otros países. América Latina es la región con más desigualdad y Cuba es atípica en esto.
La desigualdad estaría, más bien, en los precios de los productos y el salario de los cubanos. ¿Para cuándo e fin de la dualidad monetaria?
-Yo creo que esta es una de las principales preocupaciones de los cubanos, el ingreso que hoy recibimos por nuestro trabajo y es donde está orientado la prioridad del desarrollo económico. Es una preocupación legítima de los cubanos, que no ignoramos, pero que la coyuntura histórica que vivimos, con esa agresión permanente de Estados Unidos, deficiencias nuestras que estamos tratando de eliminar y en un contexto internacional muy difícil, es muy difícil superarlo en muy poco tiempo. El fin de la doble moneda está en los planes del Gobierno, pero no sé cuándo tendrá lugar.
¿Cómo están las relaciones con EEUU? Gestos ha habido, ¿no?
-La política de gestos a Cuba no le ha funcionado. La administración Obama, que se percibió como una administración que podía dar un nuevo aire a la relación con Cuba, él mismo lo dijo y no lo ha hecho. Nosotros tenemos toda la disposición a conversar con EEUU de los problemas bilaterales, y en pie de igualdad, como un gobierno soberano, resolverlos.
Raúl Castro ha dicho que este es su último mandato. ¿Está preparado el relevo generacional?
-Así es. La sustitución de los líderes históricos de la Revolución es muy difícil. El Partido Comunista de Cuba es una institución fuerte, con un amplio apoyo, las instituciones cubanas se han solidificado. La revolución en Cuba está institucionalizada y se notará siempre la ausencia de ellos, pero tengo confianza en que hay promociones de cuadros colectivos que pudieran asumir sus tareas y colectivamente seguir avanzando en los planes que estamos desarrollando.
Y un sistema multipartidista, ¿para cuándo?
-El sistema de múltiples partidos se destruyó a sí mismo, nosotros lo tuvimos y lo menos a lo que aspiran los cubanos es a tener cinco partidos políticos. Los partidos políticos en Cuba desaparecieron ellos solos cuando triunfó la Revolución. Se desacreditó el mismo sistema. Funciona en otros países, no lo niego, pero en nuestra región la multiplicidad de partidos no ha solucionado los problemas. Yo ese sistema no lo quiero.
Muchos llamarían a eso dictadura.
-Les diría que es la dictadura del pueblo. En otros países es la dictadura de los partidos. El sistema multipartidista no es la aspiración del ser humano, la aspiración del ser humano es vivir mejor y no está escrito por nadie que sea solamente con la existencia de múltiples partidos políticos. En sistemas como el de EEUU, no basta con tener 15 partidos políticos, tienes que tener mil millones de dólares para anunciarte en la televisión. Yo no quiero eso para Cuba, ya lo tuvimos hace 60 años, volver a eso sería un riesgo.
Como en EEUU, en España manda el bipartidismo, un sistema que ahora ha quedado en entredicho, pero lo que la gente percibe como un problema es la forma en la que los partidos se anclan en el poder.
-Reconozco que nuestro sistema tiene que ser más participativo, no creo en la falsa unanimidad.
Venezuela atraviesa por una profunda crisis económica y política. ¿Está Cuba preparada para un futuro sin la ayuda económica de Caracas?
-No dudo que estemos preparados. Antes hemos sufrido golpes más duros y salimos victoriosos.
Ángel Carromero insiste en que el accidente en el que murió Oswaldo Payá fue provocado. ¿Se han visto afectadas las relaciones con España por este incidente?
-Esto es un tema muy interno de España. Fue un accidente lamentable y hubo un proceso rigurosos. Una persona fue condenada y el Gobierno de España certificó el proceso como impecable.