Ni a los conservadores europeos les salen las cuentas aliándose con otros partidos de centro derecha ni a los socialistas con el centro izquierda. Por eso, el PPE y el Partido Socialista, las dos fuerzas mayoritarias en el nuevo hemiciclo con 213 escaños el primero y 190 el segundo, según la última horquilla actualizada anoche, están condenados a entenderse si quieren gobernar con estabilidad en la Unión Europea. Para ello tendrán que pactar un programa de trabajo y el nombre de la persona que dirigirá la próxima Comisión en el marco de una gran coalición que podría asemejarse mucho a la alemana. El democristiano Jean-Claude Juncker, ex primer ministro de Luxemburgo y vencedor de las elecciones, parte a priori con más papeletas que nadie para hacerse con el puesto, pero la batalla no está ganada y arranca hoy en la conferencia de presidentes del Parlamento Europeo primero y la cena informal que mantendrán esta noche los jefes de estado y de gobierno de la UE.

Son dos citas convocadas para analizar con calma las muchas conclusiones que dejan estas elecciones europeas aunque nadie espera avances en esta primera reunión, a la espera de ver la correlación de fuerzas definitiva de los grupos políticos de la Eurocámara que se formarán a lo largo del mes de junio. "La idea no es hablar de nombres pero sí se tiene la intención de dar mandato -al presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy- para explorar quién podría ser el presidente de la Comisión y cómo realizar el proceso", explican fuentes diplomáticas sobre una cita que arranca a partir de las siete de la tarde y que servirá para dar el mandato a Van Rompuy de negociar con la Eurocámara.

De momento Juncker reivindicó ayer de nuevo que le toca a su partido presidir la próxima Comisión, como formación más votada, y advirtió que tiene toda la intención de postularse al puesto por mucho que los rumores apunten a que no tiene interés en el cargo. "He hecho campaña para ser presidente de la Comisión y no para otra presidencia. Quizás otros quieran que cambie de opinión pero no lo haré", aseguró. Juncker avanzó además que ya ha hablado con Angela Merkel aunque no quiso informar sobre los detalles de la conversación ni si cuenta todavía con el aval de la canciller germana que ayer evitó pronunciarse públicamente en Berlín. "La posición de la señora Merkel está muy clara. No se lo creen pero es así", insistió Juncker en Bruselas. "No soy la única que decide. Yo he dicho que Juncker es nuestro candidato para el puesto y ahora son los jefes de estado y de gobierno quienes tendremos que hablar al respecto", añadió Merkel desde Berlín apenas 24 horas antes de esa cena informal de líderes europeos.

Nada fácil La negociación no se presenta de todas formas nada fácil. Tanto el primer ministro británico David Cameron como el húngaro Viktor Orban ya han dicho que no apoyarán a Juncker -tampoco les gusta en absoluto el socialista Martin Schulz- y están buscando apoyos -en Suecia y Holanda- para pactar una minoría en el Consejo -se necesita mayoría cualificada en el Consejo y mayoría simple en la Eurocámara- que bloquee la candidatura. "Siendo muy pesimista no veo cómo puede haber minoría de bloqueo", auguran desde uno de los partidos políticos implicados en esta batalla.

De momento, ni Schulz, cuyo partido insistió ayer en dar el PPE como perdedor de los comicios debido a su fuerte caída de 60 escaños, ni el tercero en discordia, el liberal Guy Verhoftstadt, que se mantiene como tercera fuerza con 64 escaños, están dispuestos a tirar la toalla y apuestan por mantener todas sus opciones de alcanzar el puesto si Juncker no lo consigue.

Los tres defienden el pacto de que el próximo presidente de la Comisión salga de esta terna de candidatos que han pedido el voto en media Europa. "Matemáticamente solo hay una posibilidad", insiste el profesor Simon Hix sobre la coalición entre populares y socialistas. Pero lo cierto es que en Bruselas nadie descarta tampoco que puedan surgir nombres alternativos si la negociación termina bloqueada. "Lo lógico es que el próximo 27 de junio el Consejo Europeo proponga al Parlamento Europeo el nombre de Juncker como presidente de la Comisión. Si el Consejo Europeo no propone entonces a Juncker, entonces sí tendrán un lío gordo y si se propone y los socialistas lo rechazan también", augura una alta fuente del Consejo sobre la fecha en la que tienen previsto aprobar un candidato. "El Consejo Europeo no hará una propuesta hasta que tenga asegurado que el candidato obtendrá 376 escaños en el Parlamento", añaden desde el partido de Juncker. Quizás por eso, hay quien insiste en mantener nombres en la recámara. Políticos como el irlandés Enda Kenny, el polaco Donald Tusk o el finlandés Jirky Katainen. "Es una negociación y como en toda negociación todo el mundo juega al póker", apuntan.

Una partida que no quedará del todo definida hasta conocer la correlación de fuerzas de unos y otros. Según la última horquilla de escaños distribuida ayer por la Eurocámara, el PPE habría sido el partido más votado con 213 escaños, por delante ligeramente de los 190 del Partido Socialista y a distancia de la tercera fuerza, los liberales con 64 escaños. Entre los tres sumarían una mayoría holgada de 467 escaños para pactar un programa de trabajo pero pierden fuelle en el hemiciclo y pasarían de representar el 72% de los caños al 62%.