barcelona - Las señales de participación con los colegios abiertos -finalmente del 47,6%, diez puntos más que en 2009- ya hacían intuir que la llamada a las urnas para relanzar el camino hacia la consulta supondría un aldabonazo de las formaciones que la defienden en el Parlament. Las previsiones no se equivocaron un ápice. Tampoco los sondeos. El anunciado sorpasso de ERC, que se arriesgó a acudir en solitario a la cita electoral para exhibir músculo, le salió a pedir de boca a la formación de Oriol Junqueras, que no lideraba Catalunya desde tiempos de la Segunda República, es decir, nunca en el reciente periodo democrático. Los casi dos puntos de ventaja que ayer sacó a CiU -23,6% frente al 21,8% de los convergentes- le sitúan en una posición inmejorable si, finalmente, al president Artur Mas no le queda otra que convocar unos comicios plebiscitarios, e incluso hasta le pueden permitir, en buena parte, liderar el proceso del referendo.

La segunda lectura es todo un golpe en la parietal del bloque constitucionalista. El éxito de quienes respaldan el derecho a decidir en la Cámara catalana -el 55,81% de los sufragios pese a la ausencia de las CUP- fue directamente proporcional al batacazo, no por anunciado menos sonoro, del PSC, que en cinco años se ha dejado casi 22 puntos, lo que coloca a Pere Navarro en una posición tan o más incómoda que la de su líder en Ferraz. Las instancias a confiar en una reforma de la Carta Magna como vía para desbloquear el encallado conflicto no han colmado las expectativas de los catalanes, que gritaron alto y claro su intención de definir su estatus jurídico y político en las urnas. Las disensiones en el seno del socialismo transversal es probable que se agudicen en los próximos días. Fue como un mensaje de váyanse, aprendan la lección y vuelvan. A la sucursal del PP tampoco le fueron mejor las cosas y la formación de Alicia Sánchez-Camacho perdió la mitad de su respaldo, quedando relegada a quinta fuerza, o lo que es igual, el inmovilismo de Mariano Rajoy molesta a la ciudadanía y, de paso, retroalimenta a las posiciones más independentistas. ICV, favorable a la consulta, también fue premiada y casi dobló representación porcentual, mientras que Ciutadans apenas pudo superar, pese a su ascenso, a la gran sorpresa a escala estatal, Podemos, que se alzó con un respaldo del 4,6%, un voto, asimismo, fruto del descontento social.

impulso al referendo Mas, consciente de que este escenario era el que más papeletas tenía, se afanó en la recta final de la campaña en movilizar a sus simpatizantes al grito de "necesitamos de su empujón", y aunque los guarismos de ayer no fueron extremadamente adversos, sí que recibió la notificación de que la gente siempre escoge el original, sin medias tintas, de ahí que Duran i Lleida desapareciera los últimos días. De hecho, desde Madrid tratarán de vender que al president le ha pasado por encima la locomotora republicana, aunque, en verdad, a CiU le ha podido desgastar tanto la política de recortes asumida en primera persona en el Parlament, como el carácter de estas elecciones. Es de suponer que las dos primeras fuerzas del espectro catalán, a la postre socios del Govern, harán gala de que la apuesta por la consulta no tiene marcha atrás. No en vano, fue lo primero que anunció el jefe de la Generalitat. "Todo sigue adelante, ni un paso atrás", proclamó, rodeado por la cúpula de su federación y aclamado por gritos de "independencia" de los militantes en el hotel Majestic.

Donde el cava se desbordó fue en la sede de ERC. Su candidato al Parlamento Europeo, Josep Maria Terricabras se felicitó por haber triplicado los resultados de hace un lustro y por abanderar el ánimo soberanista del pueblo catalán. "Estoy orgulloso y emocionado", acertó a decir, ante la presencia del expresident Pasqual Maragall, un golpe de efecto que tanto se le discutió a su partido en uno de los últimos mítines. Y es que si hace cinco años los republicanos parecían abandonados a su suerte tras salir heridos de su periplo por el tripartito, desde 2010 supieron recomponer la nave y tomar posiciones ganándose el afecto de una calle hastiada tras el fatídico inclumplimiento del Estatut. Junqueras era ayer la expresión del gozo y avisó que pondrá la victoria "al servicio de la consulta y de la gente que sufre en nuestro país". "Hoy ha sido la víspera", se congratuló.

De Navarro y Camacho, muy poco se supo, más allá de que cargaron contra Mas y del chiste de rigor en una conversación ficticia entre ambos: "¿En tu casa o en la mía?".