Algo que hay que lograr en la Unión Europea para que sea de verdad una Europa unida es construir el marco constitucional, y para ello no basta caminar a base de directivas de obligado cumplimiento -que tantas veces se quebrantan por parte de uno u otro estado- sino bajo el amparo y la obligación de una Constitución para todos, tras las discusiones que sean necesarias, pero una sola ley suprema que abarque derechos, deberes, límites, relaciones, atribuciones y contribuciones.

El intento fallido de hace varios años trajo su causa de la negativa ultraliberal del Reino Unido y, aceptada en el texto por otros, a definir los derechos de los trabajadores como un pilar constitucional. Tal actitud hizo reaccionar a la ciudadanía de dos naciones, que votaron en contra de la aprobación de aquella preconstitución que se había redactado y ya votado favorablemente por otras. Hay que decir que los mencionados derechos no pueden dejar de ser definidos en un espacio político que trata de mantener un estado de bienestar que, no sólo puede concernir a lo económico como actividad libre y expresión abstracta, sino a lo social, cuyo ámbito más cotidiano y que abarca más población es el trabajo.

Otros aspectos que están extendidos en la UE pero no abarcan a todos sus miembros son: Moneda y Seguridad; y a mi juicio es necesario que se extiendan a todos sin excepción. Y los aún no abordados y sobre los que sólo se oyen voces aisladas son principalmente:

- Fiscalidad homogénea, sin la cual los ciudadanos de cada nación serán distintos de los demás en su situación, en sus decisiones y en sus derechos económicos, posición absurda para caminar juntos.

- Inmigración exterior, fenómeno que debe considerarse europeo y no propio únicamente de las naciones a las que, por geografía, acceden con más facilidad los habitantes de países depauperados o invadidos por guerras o tiranías.

- Ciudadanía europea, que es preciso empezar a definir con claridad tanto entre los estados miembros como con referencia al ámbito exterior.

- Mutualización de las deudas públicas, por necesidad de tratar equilibradamente los flujos financieros nacionales, así como los préstamos -en cuantía, plazos y condiciones- necesarios para evitar las distorsiones originadas por las coyunturas económicas y por las inversiones tendentes a igualar niveles de vida.

- Definición, consolidación y ampliación de competencias del Banco Central Europeo.

Sin resolver esas cuestiones estaremos a medio camino de ser una Europa unida, y como pienso que los asuntos, cuanto más arduos y largos sean, hay que iniciarlos más pronto, ahí tiene varias tareas de envergadura el Parlamento, si quiere ser verdaderamente europeo.