madrid - Otras once personas fueron detenidas ayer y nueve más han sido imputadas en una operación por los incidentes y agresiones a la Policía tras las Marchas por la Dignidad celebrada el pasado 22 de marzo, que se saldó con 21 detenidos y 100 heridos, entre ellos 67 agentes. Según fuentes policiales, todas las detenciones se llevaron a cabo en Madrid en la primera fase de la operación Puma 70, en alusión al grupo de antidisturbios que sufrió las mayores agresiones en el Paseo de Recoletos.

Entre los detenidos en esta operación hay anarquistas, antifascistas y bukaneros (hinchas del Rayo), a quienes se imputan delitos de desordenes públicos, atentado a la autoridad y lesiones. Entre los detenidos se encuentra el que portaba una señal de tráfico, así como el que atacó con piedras a un agente al que previamente le habían quitado el casco.

Uno de los detenidos en esta operación ya se encuentra en prisión. Se trata del joven que el pasado 24 de marzo el juez decretó su prisión provisional al imputarle por un delito de lesiones contra un policía, atentado contra agente de la autoridad y desórdenes públicos. Los otros 18 detenidos mayores de edad que pasaron a disposición del Juzgado de Instrucción número 30 quedaron en libertad, aunque con imputaciones por los delitos de atentado a agente de la autoridad o desórdenes públicos.

anarquistas y radicales La Fiscalía de la Audiencia Nacional descarta que miembros de Resistencia Galega participaran en los disturbios ocurridos en la manifestación del 22-M, pero ha pedido nuevos informes sobre la posible participación de grupos vinculados al independentismo radical y al anarco-insurreccionalismo. En el caso de que los informes concluyan que los 21 detenidos tienen relación con grupos organizados de ese tipo, la competencia recaería en la Audiencia Nacional al tratarse de delitos de terrorismo de "baja intensidad" como sería la kale borroka. - Efe/Europa Press