gasteiz. En la búsqueda de avances hacia un objetivo común no suelen ser extraños los pasos atrás, pese a que en un primer momento puedan parecer paradójicos. El proceso de paz iniciado hace más de dos años con el fin de la actividad armada de ETA no es una excepción y los impulsos por crear un escenario basado en la paz y la normalización política, así como las diferentes estrategias planteadas para lograr el desarme y la disolución de la organización terrorista, también están acompañados de retrocesos. Este es el caso, a juicio del Gobierno Vasco, de la vía abierta por el Ejecutivo español para impedir que los ciudadanos con un pasado ligado a la organización terrorista tengan la posibilidad presentarse a unas elecciones.

El portavoz del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka, basó el rechazo a esta alternativa en la propia historia de los comicios vascos, donde un exmiembro de la banda armada, Juan Carlos Yoldi, fue candidato a lehendakari por Herri Batasuna en 1987; un episodio al que habría que sumar la presencia de otros dirigentes con pasado ligado a la organización terrorista en las bancadas del Parlamento Vasco. Uno de los más llamativos por su peso específico dentro del entramado terrorista fue el de Josu Urrutikoetxea, alias Josu Ternera, quien durante una parte de su periplo parlamentario fue, además, presidente de la Comisión de Derechos Humanos. Hoy en día sigue en paradero desconocido y pesa sobre él una orden de busca y captura por estar acusado de pertenecer a banda armada.

En opinión del portavoz del Gobierno Vasco, prohibir a los exmiembros de la banda armada la posibilidad de participar en calidad de candidatos en la cita con las urnas supondría un recorte de los derechos fundamentales y, por ende, un paso atrás, pero ya no solo en la búsqueda de la paz definitiva y en la consolidación de la normalización política, sino también en los propios logros sociales y políticos cosechados por la ciudadanía a lo largo de las últimas décadas.

"Si esto fue posible -cuando hubo candidatos con pasado ligado a la banda armada en las planchas electorales-, no compartimos que cuando ETA ha abandonado las armas de modo irreversible la situación tenga que ser más difícil y rigurosa para quienes han tenido una relación histórica con la organización", sostuvo Erkoreka.

En este sentido, en el Ejecutivo autonómico confían en que el estudio en el que se encuentran inmersos los servicios jurídicos del Gobierno español desde hace semanas concluya con la renuncia a limitar la participación en los comicios vascos. De lo contrario, el portavoz del Ejecutivo autonómico insistió en que se trataría de un "paso atrás" cuya única consecuencia "ilógica" sería "volver a una situación anterior" al anuncio del fin de la actividad de ETA.