El hacedor de acuerdos
Míriam Vázquez
EL 12 de enero de 2013, un mes después de que Iñigo Urkullu fuera investido lehendakari y, por tanto, en un contexto más grato para el PNV por haber recuperado el Gobierno, Andoni Ortuzar tomaba las riendas del EBB. Sin embargo, aunque su regreso a Ajuria Enea supusiera una buena noticia para los jeltzales, también obligó al partido a adaptarse a un nuevo contexto presidido por la necesidad de facilitar acuerdos, más aún teniendo en cuenta que gobernaba en minoría, y que debía reconducir las relaciones entre PNV, PSE y PP, que quedaron muy deterioradas durante la legislatura de Patxi López. En ese sentido, nada más recoger el testigo de Urkullu al frente de la Ejecutiva del PNV, hace exactamente un año, Ortuzar apostaba por sostener la gobernabilidad del lehendakari haciendo todo lo que estuviera en su mano para allanar pactos presupuestarios y sobre otras cuestiones clave. Además, y aunque pareciera evidente, garantizó su total sintonía con Urkullu y dejó claro que compartían su visión del país, un mensaje que anticipaba el esfuerzo combinado que ambos realizarían meses más tarde para labrar un pacto global con el PSE. La actitud de Patxi López a favor del entendimiento también habría resultado determinante.
Por otro lado, Ortuzar ha abonado una vía de interlocución con la vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría, que ha contribuido a acercar posturas entre ambos ejecutivos sobre la Ley de Cajas o la reforma local. Tampoco ha dejado al margen las relaciones con la izquierda abertzale. Aunque durante su etapa como líder del EBB Urkullu ya pudo reconducir su relación con Rufi Etxeberria, y participó en la celebración de la Conferencia de Aiete que desembocaría en el cese definitivo de ETA, la relación entre ambas formaciones comenzó a enfriarse a medida que se acercaban las elecciones autonómicas de 2012.
Ortuzar retomó la interlocución con Sortu en privado y, más tarde, decidían escenificar la normalización de sus relaciones con un encuentro público en julio de 2013, si bien no implicó que dejaran de constatar sus discrepancias en áreas estratégicas. Aun así, la apuesta del PNV por favorecer la aprobación de los Presupuestos en todas las instituciones posibilitó que la Diputación de Gipuzkoa, gestionada por Bildu, sacara adelante las Cuentas de este año tras negociarlas con los jeltzales, a pesar de que la coalición hubiera optado por votar en contra de las de Urkullu. Además, Ortuzar comparecía el viernes con el líder de Sortu, Hasier Arraiz, para convocar una manifestación conjunta por la paz.
de la prórroga al acuerdo Los primeros pasos de Ortuzar en el EBB coincidieron con el agitado arranque de la legislatura. Las conversaciones con los partidos de la CAV no evitaron la primera prórroga presupuestaria decretada por Urkullu en abril pero, tras ese traumático bloqueo, el lehendakari imprimió un giro a su estrategia para intentar implicar a la oposición en la gobernabilidad a través de sendas mesas de partidos y de instituciones, consciente de que una segunda prórroga lo abocaría a convocar un adelanto electoral. Aunque Lakua estuvo representada en las comisiones que negociaron la fiscalidad, la reactivación, la arquitectura institucional y las políticas públicas, el PNV tuvo un papel central. Una semana antes de la mesa de partidos, el propio Ortuzar había aprovechado un viaje a Madrid para entrevistarse con el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, a quien transmitió su apuesta por arrimar el hombro en tiempos de crisis. López, presente en esa cita del 15 de mayo, escuchó su mensaje conciliador.
Aunque el PSE descarta una relación causa-efecto entre la reunión en Madrid y el pacto global, López pasó a asumir un tono más conciliador y terminó forjando meses después un acuerdo con el PNV que contemplaba compromisos para toda la legislatura. Ortuzar participó en la firma solemne del pacto con Urkullu y el socialista en Lehendakaritza. El PP se sumaría después al pacto fiscal.
Su desplazamiento a la capital estatal, no obstante, tenía como principal objetivo entrevistarse con la vicepresidenta española y trasladarle el descontento del PNV ante las medidas recentralizadoras de Rajoy. Las quejas de Lakua habían caído hasta la fecha en saco roto, de modo que Sabin Etxea apostó por abonar otra vía para forjar acuerdos. Finalmente pudieron reconducir la reforma local para que no afectara a los ayuntamientos vascos, y pactaron la Ley de Cajas para preservar su obra social, entre otras medidas. Aun así, persiste el desacuerdo en materia de paz y leyes ideológicas como la reforma educativa de Wert.
Ortuzar también ha mantenido el contacto con el president Artur Mas, a quien ha trasladado su respeto ante la vía catalana -ya explorada por Ibarretxe en la CAV-, y ha logrado poner de acuerdo a todos los partidos para activar la ponencia del nuevo estatus, aunque parten con visiones opuestas. Tampoco ha descuidado su relación con la diáspora. Ha viajado a Venezuela, Chile y Argentina para entrevistarse con la colectividad vasca y con políticos.