Bilbao. EH Bildu volvió a centrarse ayer en el autogobierno para buscar el desgaste del PNV acusándolo de plegarse a las exigencias del Estado español. En esta ocasión, la coalición ha puesto en tela de juicio el Cupo, el dinero que pagan los vascos a Madrid por los servicios que presta España en Euskadi, es decir, por las competencias no transferidas, como el Ejército o la monarquía. Al margen de esas cuestiones, la CAV puede recaudar y gestionar sus propios impuestos, una singularidad en la que muchos han visto la base de su progreso, y que otras comunidades, incluso, han entendido como un privilegio que beneficia a Euskadi. A pesar de ello, la izquierda abertzale ha puesto tradicionalmente el acento en la parte más gravosa, la del pago por el Ejército y otras competencias no transferidas, y ha apostado por negarse a abonar esos importes, omitiendo que un incumplimiento por parte de la CAV liberaría al Estado para incumplir también sus obligaciones, lo que podría desembocar en que arrebatara a Euskadi la capacidad de gestionar sus impuestos. Bildu retomó ayer el debate al proponer a Lakua que dedique el "dineral" que se pierde vía Cupo a atender necesidades sociales, en vez de asumir "sin más" y "sin rechistar" su abono a Madrid.
En un acto ante la delegación del Gobierno español, parlamentarios como Belén Arrondo criticaron que Madrid haya "impuesto unilateralmente" la cantidad que deberá pagar Euskadi, y que ese monto se dedique a sufragar instituciones que rechaza "la mayoría social vasca". Por ello, apostaron por "romper las cadenas que nos atan a ese reino y a su Cupo". La coalición podría contemplar la ruptura del Concierto simplemente como consecuencia lógica de un futuro escenario de independencia, o bien apostar por romper ya ese acuerdo a pesar de las consecuencias. También podría entenderse como un emplazamiento al PNV para que renegocie el Cupo.
Pese a los llamamientos de Bildu a la desobediencia en otros ámbitos, los jeltzales han recordado que también ella acata la orden de ondear la bandera española en edificios públicos. Además, y aunque acuse a Lakua de plegarse a las políticas de Rajoy, la Diputación de Gipuzkoa incluyó en sus Presupuestos de 2013 un preámbulo que apostaba por "cumplir los objetivos marcados por la Unión Europea para 2020".