bilbao. Los socialistas nadan contracorriente. Un año después de devolver Ajuria Enea al PNV, han cerrado con los jeltzales una reforma fiscal -a la que se ha sumado el PP- y un plan para la reactivación económica, pero también sienten la necesidad de marcar su territorio, recuperar el respaldo electoral perdido tras su paso por el Gobierno Vasco. Y la acción se desarrolla en una escenario en el que los jeltzales plantean un nuevo estatus político levantando el tradicional rechazo de los partidos constitucionalistas.

El equilibrio es complejo y el secretario general del PSE de Bizkaia, José Antonio Pastor, lo buscó ayer asegurando que su partido ha hecho "rectificar" su política "a un PNV desnortado" que se ha transformado en "defensor" de lo que el Gobierno de Patxi López propuso y aplicó. Pastor utilizó ese argumento en un acto celebrado en la casa del pueblo de Derio en homenaje al fundador de las Juventudes Socialistas, Tomás Meabe, en el que estuvo acompañado por el líder de las juventudes del PSE, Alain Coloma.

El dirigente socialista destacó que Euskadi "ya no es igual que antes" tras el paso de López por Lehendakaritza y que el "cambio" que trajo el anterior Ejecutivo "ha venido para quedarse" aunque "les pese a los nacionalistas". Según esa lectura, el "único objetivo" del PNV era recuperar el poder "al precio que fuese", pero una vez en Ajuria Enea se ha demostrado que está "desnortado, sin criterio" y que no tiene "más política que hacer".

Por ello, el Gabinete de Urkullu ha perdido un año hasta encontrarse en el camino con los socialistas y asumir, a juicio de Pastor, las bases políticas de su precedesor. El dirigente socialista añadió que "ese fue el objetivo del pacto político que firmamos con el PNV".

La alianza ha llenado de contenido la acción de gobierno, sostuvo, y ha forzado a los jeltzales a poner en marcha iniciativas que se corresponden "punto por punto" con las que impulsó Patxi López. "No es que ahora se lo crean. No es que ahora se hayan reconvertido a la socialdemocracia. Es que no les ha quedado más remedio que tragar con las propuestas que los socialistas hemos puesto encima de la mesa", manifestó.

Con todo, el líder del PSE vizcaíno sigue viendo agujeros en la gestión del actual lehendakari y lamentó la "escasísima capacidad de iniciativa política que tiene este Gobierno". La siguiente mano de la partida es la de la aprobación de los Presupuestos, un frente en el que de puertas afuera los socialistas siguen viendo luces y sombras. Perciben su influencia, pero mantienen su incertidumbre sobre el sentido de su voto.

Según dijo Pastor, el PSE desvelará hoy sus cartas en la reunión de su ejecutiva, y mientras continua revisando el proyecto para "verificar" si el texto se ajusta a sus exigencias.

El pacto fiscal ha generado un clima de entendimiento entre ambos partidos y en el Parlamento se da por descontado que los socialistas facilitarán el tránsito parlamentario de las Cuentas. Las tensiones se registrarán en el debate sobre el nuevo estatus político. Pastor se mostró dispuesto a reunirse en el Parlamento para tratar esa cuestión, aunque le "preocupa" que "lo único que tienen claro es proponernos una ponencia que empieza a parecerse demasiado a un Plan Ibarretxe II".

"Cuando no se sabe qué hacer con lo importante, que son los problemas de la gente, se vuelve a las esencias, a lo conocido, a lo de siempre, sobre todo cuando tienen a Bildu pretendiendo comerles terreno para ver quién es más abertzale", señaló.