Estocolmo. El presidente estadounidense, Barack Obama, afirmó ayer que el mundo tiene la responsabilidad de actuar en Siria ante el supuesto uso de armas químicas por parte del régimen de Bachar al Asad e instó a Rusia a que cambie su postura respecto al conflicto. "Mi credibilidad no está en juego. Es la credibilidad de la comunidad internacional la que está en juego", afirmó Obama en Estocolmo, donde compareció en rueda de prensa junto al primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt. "Yo no fijé una línea roja. El mundo fijó una línea roja", agregó, recordando cómo hace muchos años la comunidad internacional desterró el uso de las armas químicas.

respaldo del congreso El presidente estadounidense reiteró además su convicción de que el régimen sirio empleó ese tipo de armamento. "Creemos con una elevada certeza que se usaron armas químicas y que Al Asad fue la fuente", dijo Obama, quien también se mostró convencido de que su plan de intervención militar en Siria recibirá el respaldo del Congreso, que podría votar al respecto a principios de la próxima semana. "Creo que el Congreso lo aprobará (...). No habría llevado (esta cuestión) ante el Congreso sólo como un gesto simbólico", dijo el presidente estadounidense. Cualquier acción militar será "más fuerte" si la Casa Blanca y el Congreso actúan conjuntamente, apuntó.

Obama logró la pasada noche el apoyo de importantes congresistas republicanos, entre ellos del presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner. Además, el Comité de Asuntos Exteriores del Senado aprobó ayer una resolución con la que permitiría una operación militar en Siria de hasta 60 días, prorrogable otros 30, y que excluye el envío de tropas de tierra.