madrid. El PP parece haber cambiado de estrategia respecto al caso Gürtel y al caso Bárcenas. De negar las evidencias pasa ahora a aceptarlas pero como algo ajeno. El encargado de iniciar esta nueva puesta en escena fue ayer el portavoz del Grupo Parlamentario en el Congreso de los Diputados, Alfonso Alonso, quien entonó el mea culpa al referirse a la trama Gürtel, pero con matices: "En nuestro propio partido hubo una trama, que es la Gürtel. Hubo una serie de personas que se estuvieron enriqueciendo, que tenían cargos públicos, que han ido saliendo del partido. Eso ha ocurrido en el PP". Sin embargo, nada sobre financiación irregular, nada sobre sobresueldos en negro y nada de admitir que se han dicho mentiras. Es decir, nada sobre el caso Bárcenas.
Al respecto solo dijo que "puede ser" que Bárcenas siga filtrando titulares sobre su gestión, pero porque "lo que quiere es evitar que se averigüe (...) cómo es posible que amasara esa fortuna, de dónde salió ese dinero que se ha encontrado en cuentas en Suiza". Según, Alonso "estas informaciones más que para colaborar con la investigación judicial, lo que tratan es de levantar cortinas de humo y desviar la atención". Así, indicó que el PP confía en que en los próximos meses haya "un avance en las investigaciones y el trabajo" del juez Ruz y que "se vaya sabiendo la verdad". "Ya sabemos lo que ha pasado. Queremos que se averigüe y que se diga toda la verdad de lo que ocurrió en el pasado y que el futuro sea diferente", quitaba hierro. Lo único que reconocía era lo evidente: el PP "sin duda debe entonar el mea culpa por haber tenido a Bárcenas durante 20 años".
No obstante, Alonso ha hecho hincapié en que "lo importante" es tener un compromiso para "limpiar del partido cualquier persona que haya tenido una actuación irregular". Además, en referencia al PSOE ve necesario establecer "un compromiso de limpieza de la vida pública, de regeneración y de recuperar la confianza para el futuro".
ataque Sobre la declaración ante el juez Ruz de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, indicó que "fue a declarar en calidad de testigo" y que declaró "los hechos que ella podía conocer". "No tengo más información", apostillaba Alonso. El portavoz sí reconoció que, llegados a este punto, el PP necesita "la verdad acreditada judicialmente para recuperar la confianza de sus militantes y votantes".
Dicho esto, la nueva estrategia converge con la anterior en un punto: el ventilador. Así, Alonso denunciaba que el PSOE, utilizando el caso Bárcenas, "está tratando de buscar una aventaja política y de desviar la atención de los problemas que a ellos les afectan". "Ellos tienen una trama de corrupción que es la mayor de la historia de España en Andalucía, es la trama de los ERE", insistía.
Alonso ve "razonable" que se pidan explicaciones, pero afirmó que no se puede utilizar el caso Bárcenas "para crear un clima de sospecha" sobre todos los miembros del PP porque es "injusto". Así, recriminó al PSOE que haya renombrado dicho asunto como el caso Rajoy, en alusión al presidente del Gobierno, porque es una persona "totalmente honesta".