Donostia. La Junta Municipal del PNV de Azpeitia emitió ayer un comunicado en el que emplaza publicamente a Bildu del Ayuntamiento de Azpeitia y de la Diputación foral a rechazar por "antidemocráticos" los insultos proferidos el pasado jueves contra el lehendakari Iñigo Urkullu en la procesión de autoridades celebrada con motivo de la festividad de San Ignacio. De no producirse el desmarque, los jeltzales de la localidad entenderán que tanto el alcalde Eneko Etxeberria como el diputado general, Martin Garitano, comparten este tipo de posturas.

Para el PNV de Azpeitia, lo ocurrido el jueves es una prueba de "aquí no ha cambiado nada". "Nos quieren hacer creer que se han pasado a los métodos democráticos dejando atrás posturas de aprobación o al menos de no condena de los métodos violentos", pero los jeltzales entienden que los insultos al lehendakari muestran que "todo es una falacia y un espejismo. Si no es así, que se diga públicmente".

La nota es muy crítica con el alcalde Eneko Etxeberria, al que recuerdan que Urkullu era, oficialmente, su invitado. "Lo mínimo que se le exige es que lo defienda de quienes lo insultan, y no quedarse en la sombra como queriendo quitar hierro al asunto".

El PNV de Azpeitia no comparte la lectura que hizo Martin Garitano de lo ocurrido y rechaza que el insulto sea una forma de protesta. "El insulto también es violencia, esa violencia que dicen no aprobar y que ya ha quedado atrás". Añade la nota que puestos a protestar, "también nosotros podríamos emplear palabras de calibre más o menos grueso contra las instituciones y las personas con las que no tenemos afinidad ideológica, pero nos abstenemos de hacerlo".

El comunicado pone en valor la figura del lehendakari y creen que tanto Etxerat como Corrugados también lo hicieron. Representantes de ambos colectivos se acercaron a Urkullu para entregarle documentación relativa a sus reivindicaciones, "algo que no hicieron con el diputado general".