roma. Los parlamentarios del PDL se mostraron dispuestos ayer a dimitir si el presidente de la República, Giorgio Napolitano, no le concediera el indulto a Berlusconi. Los parlamentarios hicieron pública esta intención en una reunión en Roma en la que Berlusconi advirtió de que o se logra llevar a cabo una reforma del sistema judicial italiano o habrá que volver a celebrar elecciones generales lo antes posible.

Estas declaraciones y acciones acrecientan los interrogantes sobre la estabilidad del actual Gobierno de coalición italiano, del que el PDL es uno de los principales integrantes, junto con el progresista Partido Demócrata (PD) del primer ministro Enrico Letta. También contribuye a la incertidumbre la creciente tensión en la ya de por sí delicada relación entre el PD y PDL.

En esta línea, el coordinador del PDL, Sandro Bondi, manifestó ayer que "o bien la política es capaz de encontrar soluciones para restablecer un equilibrio normal entre los poderes del estado y hacer posible la actuación política del líder del mayor partido italiano, o Italia corre el riesgo de registrar una forma de guerra civil de resultados imprevisibles". Fuentes cercanas a la presidencia de la República tacharon estas afirmaciones de "irresponsables", según los medios de comunicación italianos.

Tras la confirmación de la condena a cuatro años de cárcel (que gracias a la ley de indultos de 2006 quedarán en uno efectivo) y a la espera de que el Tribunal de Apelación de Milán vuelva a calcular los años de inhabilitación que deberá cumplir, Berlusconi tiene que tener en cuenta la ley aprobada por el Gobierno de Mario Monti y en vigor desde principios de este año que prohibe la presencia en el Parlamento de sujetos con condenas de cárcel definitivas superiores a los dos años.