Buenos Aires. La oposición argentina pidió ayer al Gobierno el cese del nuevo jefe del Ejército, César Milani, cuyo nombramiento ratificó el Ejecutivo en medio de crecientes denuncias sobre supuestos delitos durante la última dictadura militar (1976-1983). Parlamentarios de la Unión Cívica Radical (centro) y del Frente Amplio Progresista (izquierda) reclamaron que el general Milani comparezca en el Senado para dar explicaciones por las denuncias en su contra.

Milani fue designado hace unas semanas al frente del Ejército por la presidenta argentina, Cristina Fernández, quien, ante las denuncias y las críticas al nombramiento, ordenó a los legisladores del gobernante Frente para la Victoria congelar hasta diciembre el tratamiento en el Senado del ascenso de Milani teniente general. El jefe de Gabinete argentino, Juan Manuel Abal Medina, confirmó ayer que, pese a este aplazamiento, este continuará al frente del Ejército con su actual rango militar -general de división-.

En un acto, Cristina Fernández defendió sus políticas en materia de derechos humanos y culpó a la oposición de utilizar este tema en plena campaña electoral para las primarias legislativas del 11 de agosto. "Todos tendrán que responder ante la Justicia. Pero yo vivo en un Estado de derecho y no voy a aceptar ningún linchamiento mediático", afirmó la mandataria. La polémica creció después de que Ramón Olivera, un expreso político, asegurara que el nuevo jefe del Ejército participó del proceso de la detención ilegal de su padre en 1977. También se le ha acusado de estar presuntamente involucrado en la desaparición del soldado Alberto Ledo en 1976, durante el régimen militar.