Jerusalén. La Autoridad de Naturaleza y Parques de Israel lleva a cabo varios proyectos para establecer y desarrollar parques nacionales en Jerusalén Este, que los palestinos y varias organizaciones no gubernamentales israelíes consideran una "sutil forma" de asentamiento judío. "En la última década las autoridades promueven parques nacionales bajo diferentes argumentos en tierras palestinas de Jerusalén Este", afirma Yonatan Mizrahi, arqueólogo y director de Emek Shaveh, organización israelí que se centra en el papel que desempeña la arqueología como herramienta política en el conflicto palestino-israelí.
Conforme a los datos de esa organización, en total, 700 hectáreas del área municipal de Jerusalén se encuentran en la actualidad bajo responsabilidad de la Autoridad de Naturaleza y Parques de Israel, en muchas ocasiones de forma injustificada. La misión de este organismo, según se desprende de su página web, es "proteger la naturaleza y el patrimonio para beneficio público y educar a la sociedad sobre la importancia de su preservación". Sin embargo, diferentes ONG sugieren que tras la pátina de protección medioambiental y preservación de los lugares históricos, en Jerusalén oriental se esconden otros motivos como impedir la expansión urbana palestina y facilitar la contigüidad entre las colonias judías que rodean la urbe.
Israel ocupó Jerusalén Este en 1967 y considera toda la ciudad su capital tras anexionarse esa parte en virtud de una ley de 1980, anexión no reconocida por la comunidad internacional.
Color verde contra línea verde Mizrahi denuncia que las autoridades "usan el color verde para erosionar la Línea Verde", al explicar que la proliferación de parques nacionales en torno a Jerusalén busca disipar la demarcación de las líneas internacionalmente reconocidas entre los territorios israelí y palestino. Ejemplo de esta política es el Valle Tzurim, declarado parque nacional hace una década sobre unas 20 hectáreas de tierras privadas palestinas junto a los barrios de Asawane y Wadi Joz. Comprende varias terrazas sobre una ladera desde la que se divisa la ciudad vieja de Jerusalén y en las que se cultivan olivos. Las autoridades pretenden mostrar cómo se cultivaba hace dos milenios, aunque es evidente que los olivos no son antiguos y fueron traídos de otros lugares, sostiene Mizrahi.
"El objetivo es que no se construyan edificios en la zona y garantizar la conexión con el parque nacional de las Murallas de Jerusalén, también en tierras palestinas", resalta el arqueólogo. Desde 2004 se desarrolla en este lugar el proyecto Operación Salvemos las Antigüedades del Monte del Templo, que inspecciona tierra originaria de la zona en la que se alzaba el templo judío y que hoy es la Explanada de las Mezquitas. La tierra fue transportada por el Waqf, la autoridad de bienes inalienables islámicos, al Valle del Kidrón, junto a la ciudadela antigua. "La idea es tener aquí una actividad para atraer a más gente con un mensaje muy potente que es hablar de la historia judía, del templo y cómo salvar las ruinas destruidas por el Waqf", apostilla.
Recientemente se ha conocido el plan para establecer un nuevo parque nacional conocido como Río Refaim, que ocupará unas 120 hectáreas en tierras palestinas al sur de Jerusalén. La declaración de parque nacional implica que el terreno pasa a ser gestionado por un organismo gubernamental en vez del Ayuntamiento, y que las autoridades no tienen que expropiar las tierras a sus propietarios o indemnizarles, y al mismo tiempo, los dueños no se pueden beneficiar del usufructo.
Barrios palestinos Uno de los planes más polémicos es el de las Laderas del Monte Scopus, que dejará sin espacio para crecer a los barrios palestinos de Isauiya y A-Tur. Israel prevé declarar parque nacional unas 75 hectáreas que se extienden desde un imponente mirador junto a la Universidad Hebrea de Jerusalén hasta una carretera que conduce a Jericó. La justificación es que existen restos arqueológicos como un monasterio bizantino, varias tumbas y una colina rica en yacimientos, además de que tiene una vista bonita.
Pero eso no convence a los integrantes de Emek Shaveh, que afirman que en otros barrios de Jerusalén se encuentran hallazgos similares y no se estudia declararlos parques nacionales. Comités de las poblaciones palestinas afectadas han presentado alegaciones junto a otras ONG, como las israelíes Bimkom o Ir Amim, para impedir que se lleve a cabo el proyecto.
Hani Isaui, miembro del Comité Civil de Isauiya, explica que los terrenos eran empleados para el pastoreo invernal y que presentaron a la Municipalidad un proyecto de expansión de la población que quedó en papel mojado. "Estas tierras podrían resolver nuestro problema de superpoblación, pero será uno de los nueve parques nacionales de Jerusalén Este, que conectará Jerusalén con el asentamiento de Maalé Adumim", concluye Isaui.